Castrelos vivió anoche uno de los pocos milagros que produce la industria musical. Pese al parte metereológico, cientos de incondicionales acudieron en tropa al auditorio para ver actuar a su estrella, David Bisbal. El barro y las gradas empapadas no fueron un impedimento para los fans que querían sellar su lealtad con el almeriense. Él, de 40 años y porte chicarrona, salió de un salto al escenario y cautivó al público con "Quien me iba a decir". Su buen humor y el acento andaluz lo trasladaron a una atmósfera de verbena. Las nubes no ocultaron su estela.
El extriunfito mostró que su voz y su coreografía siguen tan vigentes como hace dos décadas. Bailó las caderas, señaló al cielo en posición triunfante y hasta ovacionó a sus fans. El concierto fue el auténtico protagonista en una ciudad que contemplaba su cancelación debido al mal tiempo. Sin embargo, una descarga de energía y pasión fue la que cayó sobre el césped del parque. Lo más parecido al agua eran las lágrimas de júbilo de las jóvenes de la primera fila durante "Desnúdame, mujer".
El auditorio disfrutó con aquel entusiasmo de uno de los productos televisivos de la industria mediática española más populares. Es bien conocida la historia. Un joven de rizos rubios, hijo de costurera y boxeador retirado, acude a un reality show y durante un año se reta con 15 concursantes. Mientras que el programa televisivo no lo agracia con la victoria, la vida real le propicia la fama necesaria para iniciar una carrera en lo más alto de la industria. Hasta el momento siete discos forman su discografía, el último "Hijos del mar" salido a la luz en 2016.
"Vigo: soy culpable de amaros tanto", confesó al público que más tarde atrapó con un clásico como "Lloraré las penas". Su fuerza vocal demostró anoche la razón por la que fue finalista en Operación Triunfo. Poderosa y bien proyectada, la voz del almeriense interpretaba las canciones a la vez que el cuerpo del artista se entregaba a la escena. Ningún otro concursante ha desarrollado una "performance" tan exitosa como la suya. "Singles" como "Ave María" o "Bulería" -que en esta ocasión cerraron el concierto- fueron constantes en los pinchadiscos, radiocasetes y walkmans de los españoles que vivían en el recuerdo del milenio anterior y en un tiempo en que el reggaetón todavía no había conquistado el otro lado del océano.
El concierto fue presentado por el alcalde Abel Caballero, quien anunció que había traído "al mejor" para cerrar la temporada de conciertos en Castrelos. "No hay quien nos pare", aseguró en referencia a la lluvia que acompañó al numeroso público durante el espectáculo.
