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Y después del verano... el divorcio

Tres de cada diez disoluciones matrimoniales en España se producen tras el estío - Los problemas de pareja pueden acentuarse por la convivencia durante las vacaciones

Una pareja de enamorados, en una puesta de sol. // Marta G. Brea

Las parejas se separan más después del verano. Las cifras así lo abalan y es que pasar más horas juntos, los niños alborotando en casa y tener que hacer más planes en familia puede incrementar los roces y conflictos, lo que, sumado a problemas previos, puede convertirse las vacaciones en una bomba de relojería. Y los efectos del estallido se ven ya en septiembre, mes en el que se dispara la demanda de rupturas matrimoniales -separaciones y divorcios-. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), tres de cada diez divorcios en España se firman tras el periodo estival.

También se incrementan las consultas de terapia de pareja para tratar de encauzar la relación tras la convivencia intensiva. En Dinamarca, país que tiene una de las tasas de divorcios más elevadas de Europa -casi la mitad de los matrimonios acaban en divorcio-, las parejas tienen que pasar desde el pasado mes de abril por terapia de pareja durante tres meses antes de que el matrimonio se pueda disolver. Y el motivo no es otro que intentar rebajar el número de rupturas matrimoniales. Ahora solo falta esperar los resultados.

"En los meses posteriores a verano se registran más separaciones y divorcios, y también más visitas a las consultas de terapeutas de pareja por varios motivos, pero el fundamental, a mi entender, es que durante el verano tenemos más tiempo para la reflexión, para meditar qué aspectos de nuestra vida nos hacen sentir malestar, valoramos antes el malestar psicológico que el bienestar, que en muchos casos se diluye en los pensamientos más negativos y se hace inapreciable. En esos casos, la terapia de pareja sí podría funcionar", explica la sexóloga viguesa Emma Placer.

Pero las vacaciones son solo la gota que colma el vaso. La pareja que no sobrevive al descanso estival es que ha llegado a este con una maleta con demasiados desencuentros y pasar más tiempo juntos es solo el detonante. Tener que hacer planes en pareja o en familia, lo que implica siempre una negociación, puede ser un fuerte corrosivo para una relación en la que falla uno de los pilares fundamentales: la comunicación.

Según los expertos, estas deficiencias comunicativas no surgen de un día para otro, sino que se arrastran desde tiempo atrás, aunque pasen inadvertidas ante la vorágine del día a día: los problemas laborales, los de los niños, el estrés, las obligaciones... Hasta que el relax pone en evidencia que la pareja no sabe resolver sus diferencias.

Según la experta viguesa, en muchas ocasiones, el problema se remonta al mismo inicio de la relación. "Aunque parezca increíble, muchas parejas arrastran los mismos problemas desde el inicio de la relación. En la etapa "dulce" o de enamoramiento, somos incapaces de ver objetivamente esas 'cosillas' que nos molestan. Yo lo llamo el efecto lunar/verruga: en los primeros meses de la relación se ve el lunarcito inocente, pero cuando los años pasan vemos una verruga que nos llega a desagradar, aunque afortunadamente esto no se da en todos los casos", explica.

Para la sexóloga, los patrones sobre el amor romántico también tienen mucho que ver en la ruptura de la pareja. Para Placer, es un error pretender relegar a un segundo plano al individuo dentro de la pareja en favor del "nosotros" y apuesta por que los miembros de la pareja guarden una parcela para ellos mismos como individuos independientes.

"Básicamente el amor romántico habla de sentencias como 'somos uno', 'sin ti no soy nada, 'sin ti me muero'... y si convertimos el 'nosotros' en un ente con pensamiento propio estamos dejando a la persona, a cada parte de la pareja, sin identidad... Y ahí empieza la dependencia emocional, antesala de los malos tratos. Sería conveniente revisar nuestra educación afectivo emocional para no continuar con estos patrones", comenta.

Para sobrevivir al verano como pareja, Placer recomienda cuidar la relación con mimo durante todo el año, empleando la asertividad con la pareja, cambiando la queja por una sonrisa, y evitando lo que ella denomina la "PPR" sexual -pereza, prisa y rutina-, a la que ahora hay que añadir una cuarta, advierte: Netflix y es que, para Placer, hay que restarle horas a la televisión para invertirla en la vida en pareja.

Según los datos del CGPJ, el total de demandas de disolución matrimonial -separaciones y divorcios- presentadas en los órganos judiciales el pasado año ascendió a 111.704. Esto convierte a España en uno de los diez países europeos con más rupturas. En Galicia, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), correspondientes a 2017, se produjeron 5.419 divorcios y 193 separaciones.

En cuanto al perfil, los datos del INE concluyen que el mayor número de divorcios se produjo entre cónyuges de entre 40 y 49 años. La duración media de los matrimonios en España es de 16,3 años. El 31,6% de los divorcios se produjeron después de 20 años o más de convivencia y el 22,2% entre parejas que llevaban viviendo juntas entre cinco y nueve años.

Emma Placer - Sexóloga

"Hay parejas que arrastran los problemas desde el inicio de la relación"

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