Conocer la profundidad de la superficie acuática y evitar tirarse de cabeza son algunas de las principales pautas aportadas por la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) para evitar una lesión medular en una zambullida al agua. "Cuando una persona se lanza en zambullida a una superficie acuática que no se conoce, hay que asegurarse de cuál es la profundidad. En ríos, lagos y mar, cuando el agua está turbia y no se ve el fondo, puede haber una rama o una roca oculta. Además, se ha de tener en cuenta que las olas y las corrientes pueden cambiar la distancia al fondo. En las piscinas también hay que tener precaución", afirma.

La Sermef aconseja que si una persona se va a tirar de cabeza, lo haga con las manos por delante y la cabeza entre los brazos extendidos en prolongación del cuerpo, de manera que si se produce un impacto contra el suelo o una roca no sea contra la cabeza y/o el cuello. Asimismo, recomiendan introducirse en el agua de forma tranquila y con cuidado, valiéndose de los bordes del perímetro acuático y evitar riesgos lanzándose al agua de cabeza, de pie 'estilo palillo' o dando volteretas o giros.

Si ocurre un accidente, hay que sacar a la persona a tierra y ponerle en una superficie rígida. Es importante mover el cuerpo en bloque para que no se produzcan lesiones en el cuello y no mover la columna. Asimismo, hay que comprobar que puede respirar y si no puede, liberar su vía aérea y no trasladarle a un centro sanitario en un vehículo particular, sino llamar a los servicios de emergencias porque, en ocasiones, durante el traslado, las lesiones que son incompletas acaban por hacerse completas.