La secretaria de Igualdad del PSOE y vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, ha asegurado que el feminismo se gestó en el seno del socialismo a lo largo de sus años de historia y que, por tanto, el feminismo "no" es de "todas". "El feminismo es de todas... no bonita, nos lo hemos currado en la genealogía del pensamiento progresista, del pensamiento socialista", dijo.

Calvo participó ayer en una conferencia en las jornadas 'Diálogos 140 aniversario', organizadas por la Fundación Pablo Iglesias y el PSOE, enmarcados dentro de los actos de celebración del 140 aniversario del partido, en la que ha vinculado los movimientos sociales (el movimiento obrero y el feminismo) con la historia del socialismo.

A la hora de hablar de feminismo e igualdad, Calvo criticó a quienes se 'adueñan' del feminismo poniéndole "etiquetas": "No atinan ellos, quieren ponerle una etiqueta al feminismo, están locos por ponérsela, primero feminismo transversal, luego feminismo liberal. ¿Esto que es?", se preguntó. Y prosiguió con su crítica: "Como esto del feminismo va a funcionar en la agenda política, ya si acaso me lo quedo y termino yo, pero como no sé cómo funciona el artefacto, no se qué nombre ponerle", ha dicho en alusión a aquellos partidos que ponen "etiquetas" al feminismo.

En concreto, se refirió a "la derecha", que a su juicio ha vuelto a "poner el tiro" en el feminismo, pero también en el movimiento LGTBI, al "dar alas al machismo de manera evidente y soterrada". "Y ya de paso que me llevo a las mujeres, a las progresistas, a las feministas, pues de paso me llevo también al movimiento LGTBI, porque siempre hemos sido aliados de esa diversidad de la identidad", ha relatado en su crítica.

Durante su conferencia, Calvo ha hecho un repaso a la historia de la lucha por la igualdad de la mujer, señalando que "el feminismo tiene que innovar, transformar", porque se dan las condiciones actualmente de "poner en el debate cosas nuevas". En este sentido, criticó que se hable ahora de la gestación subrogada (los 'vientres de alquiler'), un asunto en el se ven dos componentes: la reivindicación de la propiedad del cuerpo de la mujer y las clases sociales: "No venden su vientre las ricas, sino las pobres, las marginadas, nunca se puede ver mas claro esto que en otro asunto", ha afirmado.

"La batalla en nuestro cuerpo continúa, porque no acabamos de colocar la idea contra la trata, la explotación sexual, la prostitución, cuando aparece por el horizonte una nueva amenaza, los 'vientres de alquiler", ha relatado, para criticar que el cuerpo de las mujeres "no es un fichero" y "no puede estar arrastrado a ningún sistema legal, ni ético, ni económico, en el que se pueda mirar".