"Vivo de la carretera", aseguraba ayer José Manuel Posada, el conductor moñés que desde hace siete años se encarga de organizar los actos de San Cristóbal en Moaña que ayer reunieron a decenas de vehículos, en una caravana que recorrió el municipio, a toque de claxon y con adornos multicolores de flores y globos. Ayer, los conductores salieron animados a las carreteras de Moaña, eso sí, después de pasar por los altares. En la iglesia parroquial del Carmen se celebró una misa cantada a las 12.00 horas, y acto seguido se sacó al santo para una de las procesiones má rápidas de una talla, a todo gas, sobre una furgoneta, y en medio de un estruendo de bocinas.