Un arqueólogo nacido a orillas del Atlántico para investigar cómo navegaban los fenicios por nuestras costas hace miles de años. Brais Davila (Valladares, Vigo;1985) se acaba de doctorar en la Universidad de Sassari, en Cerdeña, con una investigación que arroja luz sobre una civilización de "comerciantes por excelencia" y con "espíritu de aventura" que se atrevió a franquear las Puertas de Hércules -Estrecho de Gibraltar- para ampliar sus rutas en busca de estaño hasta las islas británicas.

"Apenas hay estudios sobre la navegación costera de fenicios y cartagineses en Portugal y Galicia durante la Edad de Bronce y lo poco que conocemos nos ha llegado a través de cronistas antiguos como Plinio, Eródoto o Tucídides. En Italia hay mucho interés por este tema, curiosamente más que aquí, y la tesis abre un abanico tremendo para seguir estudiando", apunta tras cinco años de investigación en fondos documentales de universidades de aquel país y españolas, así como en nuestra Biblioteca Nacional, y también de inmersiones en el Golfo de Cádiz y aguas gallegas para conocer la tipología de sus fondos, ya que no existen restos conocidos.

Titulado en Historia por la Universidad de Santiago, Brais realizó una estancia Erasmus en Viterbo, donde tuvo la oportunidad de conocer a Piero Gianfrotta, un "pionero" de la arqueología submarina. Regresó para acabar sus estudios, aunque siguió participando en excavaciones en tierra de la Toscana o Florencia. "Lo bueno de Italia es que te dejan participar en los yacimientos. Si no dominas una técnica pierden un día en enseñártela. Y al siguiente lo haces tu solo. Te sientes arqueólogo", destaca.

En 2014 llegó a Cerdeña para cursar un doctorado en el campus de Oristano de la Universidad de Sassari para el que tuvo que superar un proceso de selección. "En España apenas hay oferta académica para especializarte en esta disciplina y a mí siempre me gustó Italia, tengo con ella un romance desde niño", comenta sobre los dos sueños cumplidos estos años.

Gracias al Mazarrón 2, el pecio fenicio hallado en Murcia que constituye el barco más antiguo conservado hasta nuestros días y en el que Brais ha llegado a sumergirse, se ha podido reconstruir la arquitectura naval de la época. "Las embarcaciones no tenían quilla y las estructuras de madera se unían con cuerdas trenzadas o se ensamblaban, no utilizaban clavos. Esto hacía que se adaptasen muy bien a la navegación de cabotaje en el Atlántico, eran flexibles y soportaban mejor los embates del oleaje":

Los fenicios no establecieron ni en Galicia ni en Portugal una ciudad como Tartessos, en la actual Andalucía, pero sí se relacionaron con los castros celtas de Santa Tegra o Baroña. "Aunque importante a nivel comercial, la costa atlántica era zona de paso y de navegación difícil por lo que no realizaron grandes asentamientos. Pero sí aportaron su riqueza como civilización, hubo un intercambio de cultura y sabiduría", destaca Brais.

Su tesis, dirigida por Raimondo Zucca y que le ha valido el título de doctor en Arqueología Subacuática y Paisaje Costero, incluye estudios de climatología, geoarqueología o arquitectura naval, lo que da idea de la complejidad de este campo. "Es una disciplina muy joven y que trata de crecer, pero falta financiación. En Italia se quejan de que tiene pocos fondos, pero comparados con los de España son muchísimos", subraya.

Una falta de apuesta que no está justificada por la historia sumergida en nuestras aguas costeras. "El patrimonio subacuático es un bien que nos pertenece a todos. Y en el caso de Galicia, la riqueza de sus fondos en inmensa, aunque apenas se le preste atención por parte de las instituciones", lamenta Brais, que destaca los estudios que realizan los arqueólogos Ramón Patiño y Miguel San Claudio por sacar este patrimonio a la luz.

Los fondos atlánticos ofrecen una mayor complejidad que los mediterráneos, con una visibilidad mucho mayor a la hora de realizar inmersiones y prospecciones en busca de restos. Y esto incrementa los costes de las campañas. "Si me toca la lotería me comprometo a financiar la excavación para encontrar los galeones de Rande", bromea.

Brais acaba de pasar unos días en su casa de Valladares antes de regresar a Cerdeña para decidir su siguiente paso. Valora tres ofertas para continuar su carrera académica y profesional en las universidades Aix-Marsella y Nova de Lisboa o en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) de Cartagena. Por ahora, este último destino es el que tiene más opciones, aunque el vigués, que comparte espíritu aventurero con los fenicios, seguirá sumergiéndose por más de un océano.