El 86,2% de los españoles ve series, siete de cada diez lo hacen de forma habitual y más de la mitad reconoce que son "muy o bastante importantes en su vida", según se desprende del segundo estudio anual conocido como "El observatorio de las series", presentado ayer en Madrid. "El modelo ha cambiado y la tecnología lo ha revolucionado todo", dijo Alexia Dodd, experta en mercadotecnia y entretenimiento del sector audiovisual. "Desde siempre nos ha gustado que nos cuenten historias serializadas y siempre nos han enganchado, pero la tecnología ha cambiado la forma del consumo y ha convertido a las series en algo que va más allá del contenido. Ahora son fenómenos sociales", agregó.

El informe, que analiza los usos y actitudes del consumidor de series para saber qué hay detrás de ellos, refleja que un "seriéfilo" español muy habitual sería un espectador de comedias (61,8%) que mientras disfruta de su elección decide, al mismo tiempo, picotear patatas fritas (69,6%) y tomar una bebida. Además, dos de cada tres encuestados dicen que para ver sus series le quita tiempo a otros productos televisivos o a otras actividades como el cine, la lectura, dormir o "estar sin hacer nada". Incluso, un 3% asegura que se lo quita a la práctica de sexo. Y a pesar de ello, debido a la gran oferta existente, un 40% de los "seriéfilos" sostiene que no le da tiempo a ver todo lo que le gustaría.

"Todo el mundo ve series", comentó la guionista y experta en series Isabel Vázquez, encargada de presentar el acto. "Ahora los frikis son los que no las ven", añadió con tono divertido. Los encuestados afirman que las series enriquecen su vida social, siendo un tema habitual de conversación. Asimismo, consideran que ver las series en familia ayudan a unirla, reforzando relaciones y fomentando el diálogo.

"Las series nos cuentan mucho sobre el momento de la vida en el que estamos", sostuvo la socióloga Belén Barreiro. En el caso de los jóvenes de 14 a 24 años, el porcentaje que ve series alcanza el 71% (muchos de ellos en ordenadores portátiles) . El estudio indica, por otro lado, que el retrato robot de un "bingewatcher" (espectador que pasa varias horas seguidas viendo contenido) es el de una mujer menor de 34 años.