A la ciudad de Gdansk, en el norte de Europa, le ha tocado ser a lo largo de la historia una trinchera contra los totalitarismos y un ariete de la libertad. Tuvo estatuto de ciudad libre, antes de ser arrasada e invadida por el ejercito nazi, para acabar siendo entregada a Polonia, y reconstruida por sus ciudadanos, a finales del siglo XX, en sus astilleros, los más importantes de aquel país, se forjó el movimiento obrero Solidaridad, que hizo tambalearse al régimen comunista y abrió la primera grieta en el bloque del Este. Por ese espíritu de resistencia, por sus esfuerzos por la integración de los inmigrantes y su sensibilidad hacia los movimientos en reconocimiento de la diversidad sexual, Gdansk, la antigua Danzig, acaba de recibir el premio "Princesa de Asturias" 2019.

El jurado hizo pública ayer la conclusión de sus deliberaciones en Oviedo. "La historia y el presente de la ciudad de Gdansk son un ejemplo de sensibilidad ante el sufrimiento, de solidaridad, de defensa de las libertades y de los derechos humanos, y de extraordinaria generosidad", hicieron constar sus miembros. Javier Fernández, presidente en funciones del Principado y presidente del jurado, se refirió a la ciudad polaca en la que empezó la Segunda Guerra Mundial como un ejemplo de "resistencia", que ha hecho frente a las corrientes "hostiles y contrarias al espíritu" europeísta, y con "una fortísima carga simbólica" en medio de una Europa que, en este momento, está "inventándose a sí misma". En el mismo sentido se manifestó el presidente, también en funciones, del parlamento asturiano, Pedro Sanjurjo: "Gdanks es un símbolo de la respuesta a los sistemas totalitarios, a la ausencia de libertad y a la dignidad de un pueblo", declaró.

Tras saber de la concesión del premio, la alcaldesa de la ciudad, Aleksandra Dulkiewicz, difundió un comunicado en el que expresaba su "gran placer y satisfacción" por la distinción. "Soy consciente de que ha habido muchas candidaturas destacadas en esta categoría en particular. Sin embargo, el jurado decidió, de entre todas ellas, premiar a Gdansk. Esto demuestra que Gdansk es una ciudad muy excepcional: abierta, tolerante y libre", comentó.