En febrero de este año, un equipo de arqueólogos e historiadores de Sputnik Labrego y Estela Arqueoloxía e Patrimonio S.L, que realizaba un trabajo de investigación sobre los refugios de la guerrilla antifranquista, descubrieron en Casaio, en Carballeda de Valdeorras (Ourense), en la frontera entre Galicia y la meseta, en el interior de uno de esos 'chozos' en el que se ocultaban los guerrilleros, el que ya entonces se consideró el mayor legado de la pintura esquemática prehistórica peninsular, datado hace unos 4.000 o 5.000 años. El lugar denominado Pala de Cabra, propiedad mancomunada de los vecinos de Casaio, pasó al trámite de declaración de Bien de Interés Cultural, BIC, por el valor del hallazgo.

Los investigadores comenzaron a realizar por su cuenta los primeros análisis científicos, tanto con visitas a esta zona a 2.000 metros como en laboratorio y ayer, cuatro meses después de aquel descubrimiento, varios miembros del equipo multidisciplinar hicieron público en Santiago los primeros resultados: han conseguido detectar 15 pinturas e identificar hasta 25 o 40 motivos distintos, la mayoría de ídolos oculados (con ojos) y figuras soleiformes (en forma de sol). Además, durante esta primera comparecencia presentaron el estudio realizado sobre 7 de ellas.

Pero entre los avances más importantes figura el que por el tipo de legado apuntan los expertos a que Casaio pudo ser el eje de confluencia entre las dos artes prehistóricas de la época calcolítica: el arte Atlántico, en forma de petroglifos, y el del Sur, el mediterráneo, quimérico o esquemático.