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La nueva estrella gallega

Amador Arias rememora su experiencia en Cannes tras triunfar con "O que arde" - El filme se estrena el 4 de septiembre en Francia

El actor, en la fiesta de los premios en Cannes.

Que Tarantino y su troupe formada por Brad Pitt y Leonardo Dicaprio te vayan pisando los talones en la alfombra roja del Festival de Cannes la primera vez que asistes a este evento de cine como actor, tiene que marcar. Le pasó al gallego Amador Arias quien rememora el "espectáculo" que hizo el equipo de "Once Upon a Time in Hollywood" allí. El intérprete lo cita a modo de anécdota, una de tantas de una vivencia inolvidable que le llevó desde su querida A Fonsagrada (Lugo) a la villa gala. Allí, compareció ante la prensa de medio globo terráqueo como intérprete de "O que arde", el último filme del gallego Óliver Laxe.

De regreso a su tierra -una semana atrás recibía la película "el premio del jurado de la sección Un certain regard del festival francés-, Amador responde serenamente sobre lo que dejó antes de Cannes y lo que se ha encontrado ahora: "Ha cambiado la vida", dice. "Se me quedan todos mirando cuando vas al supermercado a comprar, por ejemplo. Yo, antes, ya era conocido aquí, pero ahora se me quedan mirando con la boca abierta; te invitan en todos los lados. Te vas acostumbrando", añade.

Arias espera que llegue "el plato fuerte" a sus vecinos: el visionado de la película. Las salas de cine francesas serán las primeras en proyectarla. La distribuidora gala Pyramide Films ha anunciado que se podrá ver desde el 4 de septiembre.

En España, aún no hay fecha cerrada, según detalla la distribuidora gallega Numax, aunque un portavoz indicaba ayer que será en "otoño". Independientemente de cuando sea, el equipo del filme ya está pensando en un pase especial en Navia de Suarna (Lugo), de donde procede la familia de Laxe, con motivo de las fiestas populares de mediados de septiembre.

Amador Arias está seguro de que sus vecinos y demás gentes de Os Ancares se reflejarán en la pupila de su personaje: "Se van a reconocer muchísimo porque Óliver metió en ese Amador algo de todo el mundo. En Francia, me preguntaban si en las ciudades entenderían lo que transmite la película. Yo respondía que lo van a entender mejor que nosotros porque nosotros estamos mirando este paisaje continuamente. Vemos estas montañas día a día durante muchos años y ya no sabemos mirar hacia ellas, pasamos de largo y vivimos en un paraíso. A la gente que no es de la zona, le va a impactar".

Además, descarta que el visionado del filme pueda desembocar en cualquier estereotipo sobre la gente de la montaña lucense o gallega. "Inmediatamente le coges cariño a Amador y Benedicta. Está muy bien tratada", defiende rememorando cómo el día del estreno espectadores y periodistas foráneos lloraban al remate del filme. "Ir desde la alfombra roja al hotel me llevaba cinco minutos andando; tras el estreno, tardé dos horas, porque no cesaba de congratularme la gente, de pararme, de hablarme...", añade.

Lágrimas también vertió este actor en la celebración en la villa francesa de los dos premios de la película en Cannes, mejor banda sonora y premio del jurado de Un Certain Regard, celebrándolo toda la noche con el equipo con mucho "champán", tanto que hasta sonríe con la voz al recordarlo. No tanta gracia, sin embargo, le hace el dolor de garganta -hasta ha necesitado antibiótico- y la fiebre que arrastra desde entones al igual que muchos de la troupe de Laxe, director incluido. "Sería la brisa del mar", le digo. Arias asiente incrédulo.

Dejando la ironía atrás, "O que arde" está marcada a fuego (da vida a un pirómano en el filme) en el corazón de Amador que ha cumplido con ella un sueño de niño que tenía olvidado y que una de sus hermanas -eran nueve vástagos en su familia- le recordó vía Whatsapp horas después de que el jurado confirmase los galardones: "Disfruta e dilles que, de neno, dicías: 'Algún día sairei na pantalla grande e viviredes para velo. E así se realizou, irmán e os que faltan están no teu corazón para disfrutalo contigo".

Los premios en Cannes sirvieron a Amador para "liberarse de una carga", la que tomó cuando Laxe decidió que iba a ser el protagonista del filme, lo que Arias tomó como una "responsabilidad" que le pesó durante meses hasta que la magia del trabajo bien hecho cumplió con dos galardones a "O que arde".

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