Ana Caruncho se enamoró de Uganda desde que viajó por primera vez a ese país en 2017. Necesitaba "dar un giro" a una vida marcada por la vorágine del día a día y decidió darse un respiro, pero en vez de hacer un viaje de placer, se marchó a trabajar como voluntaria al centro de acogida de menores de Entebble (Uganda) de la ONG Malayaka House, fundada por el estadounicense Robert Fleming en 2005. Su segunda estancia en el país fue este mismo año, en febrero de este año y espera poder repetir, al menos una vez al año.

"Allí te replanteas tus prioridades y le das otro sentido a tu vida. Te das cuenta de que muchas veces nos agobiamos por tonterías cuando hay personas que no tienen nada, pero que son el doble de felices que tú, que lo tienes todo", afirma la voluntaria viguesa.

En este centro de acogida viven 47 menores huérfanos o abandonados por sus familias, algunos incluso arrebatados de las fauces de la muerte, como es el caso de Malayaka -ángel, en suajili-, rescatada por Fleming cuando su madre intentaba ahogarla y que terminó dando nombre a la ONG. Estos niños, cuyas historias están recogidas en la web de la ONG, son cuidados por cinco "aunties" ugandesas, que son el referente maternal más cercano de estos niños, y por voluntarios como Caruncho.

Para financiar esta casa, la organización celebra una fiesta solidaria mañana (19.00 horas) en el Hotel Bahía de Vigo, en la que colaboran las marcas gallegas Estrella Galicia, Martín Códax y Galifresh.

"El objetivo de nuestro trabajo es dar a estos niños una vida mejor, proporcionándoles un hogar seguro, cubriendo sus necesidades de manutención y atención médica, y ofreciéndoles una educación que les permita tener un futuro mejor", explica Caruncho.

Pero Malayaka House no solo presta ayuda a los menores más vulnerables, sino que continúa apoyando a los que ya son adultos, facilitando su ingreso en la universidad -una de las niñas, Viola, está estudiando Trabajo Social para trabajar en el centro de acogida- y ayudándolos a montar sus propios negocios. Es, según esta ONG, la forma más eficaz para romper la rueda de la miseria. "Sin posibilidad de acceder a la educación es imposible salir de la pobreza y, desgraciadamente, en Uganda la educación es cara y no está al alcance de todos. Pero también hay que pensar en los mayores, que ya han dejado el centro, para que puedan mantenerse a sí mismos", argumenta.

Durante esta fiesta en Vigo, Malayaka House explicará el trabajo que realiza con estos niños ugandeses y mostrará también la realidad de país a través de una serie de fotografías de Per Rueda, con quien atravesó el país en febrero para visitar otros proyectos de cooperación. Caruncho invita a los vigueses a acercarse a esta fiesta solidaria para conocer la realidad ugandesa y el trabajo de la ONG y a colaborar para que estos niños tengan un futuro mejor

A pesar de que ya había estado en Uganda, la voluntaria viguesa reconoce que esta ruta le sorprendió, especialmente la isla de Zinga, donde vive una de las poblaciones más pobres del planeta. "Cuando viajas a África te das cuenta de que vivimos en mundos paralelos y luego está la isla de Zinga, donde no hay agua corriente, donde no hay nada", asegura la cooperante viguesa.