Con tan solo 23 años, lideró una de las primeras huelgas feministas del mundo y la primera de Latinoamérica, aunque apenas se conocen detalles de su vida, una falta de información que ha permito a Ángeles Becerra construir prácticamente de cero el personaje de Betsabé Espinal en "Algún día, hoy" (Planeta), novela que ha sido galardonada con el Premio Fernando Lara 2019. La escritora la ha presentado en Santiago.

- ¿Cómo descubre a Betsabé Espinal?

--Tenía otra historia en ciernes, pero me fui a Colombia a pasar unas vacaciones y una noche que no podía dormir, puse la tele y vi el final de un documental, "Las mujeres de pies descalzos". Me llamó la atención que una niña de 23 años se levantara contra los patronos y lograra parar una fábrica textil y envalentonar 400 obreras, que estaban muertas de miedo. Se me quedó en la cabeza. Las historias, cuando merecen la pena, te buscan y hasta que no las descubres no te dejan en paz. Empecé a investigar. Solo existía una foto de ella y con ella empecé a imaginar cómo podía ser porque sobre Betsabé solo había la fecha de nacimiento, 1896; la de la huelga, el 12 de febrero de 1929, y la de su muerte. Quise hacer de esta historia una novela épica porque ya su imagen me llevaba a crear una mujer alzada en grito, en rabia y en feminidad, y quería también hacer un monumento a la amistad entre mujeres y para ello aparece Capitolina. Las dos están unidas por ese menosprecio que tienen por ser mujeres, pero que las hace ser fuertes.

- Tan poca información, ¿fue una ventaja o una desventaja?

-Para mí, como novelista, era maravilloso no tener información porque iba a poder crear prácticamente de la nada a este personaje, manteniendo la esencia de su valentía y de su fuerza. Fueron muchos meses de mucha investigación, viajé cuatro veces a Medellín para indagar y empaparme de esos comienzos de siglo pasado.

- ¿Qué fue lo más complejo de crear un personaje que existió?

-Unir realidad con ficción y que pareciera todo real porque hay muchos personajes reales, como el poeta Epifanio Megía, el autor de la letra del himno de Colombia, que vivió 32 años en un manicomio y que en la novela se hace muy amigo de la madre de Betsabé, que acaba en el mismo centro.

- Es una novela de mujeres que se empoderan y de personajes que luchan por liberarse.

-Cuando comencé a escribir esta novela aún no había salido el movimiento "Me too", pero ya había un clima propicio para que floreciera. Hoy, este movimiento es imparable; estamos trabajando en un feminismo que enaltece la feminidad, la maternidad, la capacidad de la mujer de sentir y de aportar esa inteligencia, esa intuición y en la medida en que los hombres tomen conciencia de que ellos también se van a ver beneficiados con ese movimiento, llegará la equidad. Y hay que rescatar a esas poetas, escritoras, físicas, científicas, pintoras..., enterradas bajo pseudónimos masculinos o los nombres de otros artistas.