La creatividad de los campus gallegos se resiente o al menos el número de patentes que solicita cada universidad. De los cientos de peticiones para dar de alta una invención que registró el pasado año la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), tan solo 39 procedían de alguna facultad gallega, lo que supone la cifra más baja desde que esta entidad tiene registros (el año 2007). Pese a que esta cifra supone que las universidades de Galicia generan de media una nueva patente cada diez días, nunca en los últimos doce años se había bajado de las 40 invenciones anuales y para buscar el segundo año con menos patentes hay que remontarse hasta 2007, cuando se registraron 41, según los datos de la OEMP.

Santiago se sitúa como la universidad gallega que más solicitudes de patentes registró en los últimos doce meses (21, entre las nacionales y las internacionales), seguida de la de Vigo (diez) y la de A Coruña (ocho). Además, la entidad compostelana es la única que mantiene la misma cifra que el año anterior mientras que en la Universidade da Coruña se iniciaron los trámites para tres patentes menos y en Vigo las solicitudes cayeron casi a la mitad. En conjunto se patentaron un 23% menos de artículos en un año. Los datos de la OEMP se refieren solo a solicitudes presentadas. Por ello, en la memoria que acaba de presentar la UDC se habla de 23 patentes en 2018 (entre las solicitadas y las concedidas) y se reducen a nueve aquellas cuyos trámites se iniciaron el pasado año.

Patentar un producto supone adquirir un título que da derecho a la explotación y comercialización del mismo durante 20 años. Dos décadas en las que nadie podrá ni fabricar, ni vender ni utilizar esos artículos sin el permiso del titular de la patente. Unos derechos que se adquieren para un determinado espacio: España si es una patente nacional o para el resto de países si se opta por una internacional. Las primeras son las más habituales en los campus gallegos.

En los últimos doce años, la Universidade da Coruña registró 148 patentes nacionales, lo que la sitúa en el puesto número catorce de 48 universidades en toda España. En 2018 inició los trámites de siete, segunda a nivel gallego, solo por debajo de Santiago (catorce) y por encima de Vigo (cinco). La entidad compostelana logra situarse en el top ten español al ser la octava universidad con más patentes nacionales desde que hay registros en la web de la OEPM (220) mientras que Vigo cae al puesto decimoprimero con 171 invenciones de este tipo.

Las cifras bajan al analizar las patentes que permiten explotar un determinado artículo fuera de las fronteras españolas. Santiago vuelve a situarse como líder (siete en 2018) y de nuevo está a la cabeza del país: séptima a nivel estatal con 140 patentes desde 2007. Vigo registró el pasado año cinco patentes y A Coruña, una.

Cifras habituales

Las 39 invenciones made in campus gallegos del pasado año poco tienen que ver con las cifras habituales que manejaban las universidades de Galicia. Lo habitual era superar el medio centenar anual y en varias ocasiones se rebasó la cifra de los 70: 2016 (71), 2012 (80) o 2011 (74).

Fuentes de la universidad reconocen que solo una mínima parte de la investigación que se realiza en las facultades acaba en una patente ya que de cara al desarrollo de la carrera científica puntúa más las publicaciones realizadas que las invenciones. Desde 2015 además, con la nueva ley de patentes, las facultades dejaron de estar exentas de pagar las tasas por dar una invención de alta.