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Entrevista Pioneras

Margarita Salas: "A pesar de la poca financiación, se hace buena investigación"

Margarita Salas es todo un referente en la investigación. EFE

"Muchos años de trabajo, tesón, esfuerzo y paciencia". Esa es la fórmula que ha seguido Margarita Salas durante toda su vida para alcanzar la excelencia científica. Inspiración y ejemplo por su compromiso con la ciencia, las mujeres y los jóvenes investigadores en España, a sus ochenta años, Margarita Salas (Canero, Asturias, 1938) sigue trabajando en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, es profesora vinculada 'ad honorem' en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y además es académica de la RAE desde 2003.

Esta científica española, pionera de las pruebas de ADN, se convirtió en la primera mujer española en formar parte de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos en 2007 y en 2016 recibió la Medalla Echegaray, otorgada por primera vez a una mujer, por la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Junto a su marido, Eladio Viñuela, se encargó de impulsar la investigación en bioquímica y biología molecular en España y sin ella no hubiese sido posible determinar la direccionalidad de lectura de la información genética o amplificar el ADN a través del descubrimiento de una enzima, la ADN polimerasa, cuya patente, que expiró en 2009, fue la que más recaudación ha dado al CSIC.

-Es finalista al Premio Inventor Europeo 2019 en la categoría 'Lifetime Achievement' ('Logros de toda una vida') por su trabajo en genética y biología molecular, ¿cómo ha recibido esta nominación?

-Con mucha ilusión y muy honrada de haber sido seleccionada como finalista.

Margarita Salas ha sido pionera en la investigación del ADN en España. CGQuímicos

-A sus ochenta años sigue activa en el campo de la investigación, ¿en qué está trabajando en estos momentos?

-Sí, vengo todos los días al laboratorio y sigo trabajando. Llevo años investigando acerca de los mecanismos de duplicación del material genético.

-¿Cómo pueden ayudar sus hallazgos en los análisis de ADN?

-La ADN polimerasa del fago 29 presenta propiedades fantásticas para la amplificación del ADN, por lo que tiene muchas aplicaciones: en análisis genéticos, de tipo forense o criminalístico, arqueológicos con muestras antiguas... Permite partir de cantidades muy pequeñas de ADN, imposibles de analizar, y producir millones de copias para su posterior análisis y secuenciación.

-Lleva toda la vida dedicada a la ciencia, pero ¿qué le motivó a dar sus primeros pasos en un área tradicionalmente masculina?

-Realmente me inicié en la ciencia gracias a Severo Ochoa. Cuando le conocí yo estaba estudiando Químicas en Oviedo. Le escuché en una conferencia y su trabajo me fascinó. Me prometió que me enviaría un libro de bioquímica, cosa que hizo. Y así, al terminar la licenciatura quise dedicarme a la bioquímica. Entonces me recomendó que hiciese una tesis doctoral con un excelente bioquímico en Madrid, Alberto Sols, y después que me fuese con él a Nueva York para hacer una fase postdoctoral y eso es lo que hice.

-¿Qué aprendió de este maestro?

-De Severo Ochoa aprendí no sólo la biología molecular, que después pude desarrollar y enseñar cuando volví a España, sino también su rigor experimental, su dedicación y su entusiasmo por la investigación.

"Estamos a la cola de la UE, pero así y todo, hacemos milagros, porque con la poca financiación que hay se hace una muy buena investigación"

-Hablando de su etapa en Estados Unidos... De 1964 a 1967, trabajó en el departamento científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, junto a su marido, Eladio Viñuela. Regresaron a España con ayuda de financiación americana para desarrollar biología molecular. ¿Cree que España a día de hoy sigue a la cola en materia de investigación o cree que ya no es necesario salir al extranjero?

-Aunque evidentemente, desde el punto de vista de la financiación, estamos a la cola de la UE, pero así y todo, hacemos milagros, porque con la poca financiación que hay se hace una muy buena investigación y hay muy buenos laboratorios en España.

Hoy día no es absolutamente necesario salir fuera de España, por supuesto que no para hacer el doctorado, porque se puede hacer un buen doctorado en España, y ni siquiera para hacer una fase postdoctoral, pero sin embargo yo siempre recomiendo que después del doctorado se realice una etapa postdoctoral, para la ampliación de los estudios. Pero claro, el problema que hay ahora es que los jóvenes que salen al extranjero lo difícil es que vuelvan. No hay puestos de trabajo ni financiación suficiente para que puedan volver.

Al recibir la Medalla Echegaray en 2016 en compañía de los Reyes. EFE

-¿Cómo convencería a las instituciones y empresas privadas para que apuesten por estas áreas?

-La investigación es absolutamente necesaria si queremos que haya desarrollo en España. Severo Ochoa decía: "un país sin investigación es un país sin desarrollo". Hace falta aumentar considerablemente la financiación para que se pueda hacer investigación.

-¿Existe paridad en la ciencia a día de hoy?

-En mi equipo, más o menos estamos a la par, pero en general en nuestros laboratorios, hoy día, hay más mujeres que hombres haciendo la tesis doctoral, por lo que se espera es que en un futuro no demasiado lejano, la mujer investigadora ocupe en la sociedad, en la ciencia, el puesto que le corresponda de acuerdo con su capacidad y su trabajo, equiparándonse las mujeres investigadoras con los hombres investigadores, pero para ello todavía hacen falta algunos años más, cinco o diez, calculo.

"La mujer es quizás menos ambiciosa que los hombres y aunque no vea futuro se inicia en la investigación"

¿Y en el ámbito de la investigación?

-Hoy día, como no hay prácticamente futuro para la investigación, hay muchos hombres que ya no hacen la tesis doctoral, porque no ven futuro. La mujer es quizás menos ambiciosa que los hombres y aunque no vea de inmediato el futuro se inicia en la investigación haciendo la tesis doctoral.

-¿Cree que es un mundo machista o ha cambiado mucho desde que usted empezó?

-Ha cambiado mucho. Cuando yo empecé a hacer la tesis doctoral, en 1961, en esa época se pensaba que las mujeres no estábamos capacitadas para hacer investigación. Hoy día, por supuesto eso ya no existe y se considera que la mujer vale tanto como el hombre para hacer investigación. Ahora no se discrimina. Cuando una persona viene a los laboratorios a pedir sitio para hacer una tesis doctoral no se considera si es hombre o mujer, simplemente se mira su currículum y su expediente y si es bueno se le admite.

-¿A usted le dijeron muchas veces que no?

-Cuando empecé la tesis doctoral llevaba una carta de recomendación de Severo Ochoa, con lo cual mi director de tesis no tuvo más remedio que aceptarme (risas) porque no se podía negar a algo que le pedía un premio Nobel de Medicina.

-¿Era la única mujer?

-En la licenciatura de Químicas la tercera parte aproximadamente éramos mujeres, pero en investigación prácticamente no había mujeres.

-¿Cómo motivaría a las niñas y jóvenes para que se decanten por la investigación científica?

-Sobre todo les diría que no se echen para atrás, es decir, que si a ellas les gusta la ciencia pues no tienen que sentir que valen menos. Ellas son tan capaces como cualquier hombre entonces no se tienen que echar para atrás y deben seguir su carrera como investigadoras.

Eladio Viñuela y Margarita Salas, los Pierre y Marie Curie españoles

-Cuando se habla de científicas la gente reconoce a Marie Curie y poco más y ha habido un montón de mujeres a lo largo de la historia que han hecho grandes avances científicos, ¿por qué cree que no se las conoce?

-Han sido realmente poco destacadas popularmente y muchas veces la mujer ha estado bajo el hombre. Ha habido mujeres que han hecho descubrimientos importantes, también al lado de hombres, pero ha sido el hombre el que ha recibido el premio Nobel o el que ha tenido el reconocimiento.

-Muchas veces estas mujeres han sido eclipsadas por sus maridos, pero en su caso no ha sido así.

-No. Cuando volvimos de Estados Unidos, mi marido Eladio y yo, vinimos a trabajar en un tema conjunto. En esa época el que sobresalía era él. A mí se me conocía como la mujer de Eladio, pero como era una persona muy generosa quería que yo fuese independiente en mi trabajo, entonces dejó el tema que habíamos iniciado los dos para hacer un nuevo tema de estudio sobre la peste porcina africana y así el estudio del virus del fago 29 quedó bajo mi dirección. Desgraciadamente, murió prematuramente, con lo cual pues no pudo cosechar los éxitos que tendría que haber cosechado, pero él fue, entre otras cosas, el responsable de la creación del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.

-O sea que formaron un buen equipo. Se dice que: "detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer" y al revés también sucede.

-Sí, también. Para mí, Eladio ha sido clave para que yo pudiese salir adelante porque siempre me apoyó y me ayudó para que yo fuese independiente.

-¿Qué es de lo que más orgullosa está en toda su carrera? ¿Cómo le gustaría pasar a la historia?

-Realmente me gustaría que se me recordara como una persona honesta que ha dedicado una parte importante de su vida al trabajo de investigación, porque la investigación para mí es una pasión.

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