La mitad de las personas diagnosticadas de esclerosis múltiple (EM) están en riesgo de padecer una depresión y otros "síntomas invisibles" pero que afectan a su calidad de vida, como fatiga, dolor, afectaciones sexuales o trastorno del control de esfínteres. La directora de la Fundación Esclerosis Múltiple, Rosa Masriera, informó ayer de estos "síntomas invisibles", que esta entidad quiere dar a conocer a través de una campaña en las redes sociales con el hastag #lamevaEMinvisible.