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Un estudio asocia el consumo de comida ultraprocesada con el riesgo de depresión

Dentro de estos productos, se incluyen refrescos azucarados, bollería industrial, aperitivos y embutidos en los que primen grasas 'trans', aditivos e ingredientes refinados y sintéticos

La bollería industrial está incluida dentro de la categoría de productos ultraprocesados. // Reuters

Ingerir más de cuatro raciones diarias de productos ultraprocesados -por ejemplo, un refresco, tres galletas industriales y un bol de pseudocereales- puede incrementar un 33% el riesgo de desarrollar depresión. Es la principal conclusión de un estudio de la Universidad de Navarra e investigadores del Ciberobn, Centro de Investigación Biomédica en Red.

La investigadora y participante en el estudio Clara Gómez subraya que, por productos ultraprocesados, se entienden aquellos que presentan ingredientes sintetizados (no naturales) e ingredientes refinados.

"La definición de alimentos ultraprocesados está basada -explica a FARO- en una clasificación de alimentos reciente llamada NOVA y que se usó por primera vez en Brasil. Esta clasificación divide los alimentos según su finalidad y su grado de procesamiento. Cada vez, hay más evidencia de los efectos perjudiciales del consumo de estos productos sobre nuestra salud".

Gómez Donoso aclara que "más bien son productos, no alimentos porque no contienen ningún alimento reconocible. Son formulaciones industriales que se hacen a partir de ingredientes como azúcar, harina refinada, aceites refinados. Realmente, la calidad nutricional es muy pobre. Los productos ultraprocesados tienen muchas calorías, no tienen vitaminas, son bajos en proteínas y minerales. Son productos insanos y desplazan el consumo de alimentos sanos".

Pero, realmente, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a alimentos ultraprocesados? La investigadora de la Universidad de Navarra señala los refrescos, galletas, cereales con ingredientes refinados (principalmente, azúcar), embutidos, sopas de sobre, patatillas donde mandan las grasas trans... "Son preparados realizados industrialmente a base de ingredientes refinados o sintetizados. Se ha visto que este tipo de aditivos pueden incidir en la microbiota. Al parecer, hay un eje intestino-cerebro que puede explicar por qué afecta a la depresión", añade Donoso.

Respecto al efecto que realizan en el organismo, apunta que "ya habíamos encontrado que estos productos estaban más asociados con mayor riesgo de obesidad e hipertensión. Por otro lado, se ha visto cómo estas enfermedades cardiometabólicas comparten algunos mecanismos con la depresión en su origen, sobre todo de inflamación". El estudio se realizó durante más de diez años en 14.000 estudiantes universitarios voluntarios procedentes de toda España.

Clara Gómez - Investigadora

"Son productos que no contienen ningún alimento reconocible"

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