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Cristián Maurin Fariña: "Si no votas en las europeas, dejas que otros decidan por ti cómo va a ser tu vida"

El funcionario vigués trabaja en el Parlamento de Bruselas desde 1996 y forma parte de la Unidad de Asuntos Legislativos, que tiene, entre otras misiones, asistir y aconsejar a los eurodiputados

Cristian, con su bufanda del Celta, en una de las entradas al Parlamento Europeo de Bruselas.

Más de veinte años formando parte de la maquinaria de la Unión Europea y cada día que pasa está "más convencido" de la necesidad de "unir fuerzas y avanzar juntos" para encontrar soluciones mucho más acertadas que las que puede alcanzar un país por sí solo. De ahí que Cristian Maurin (París, 1970), que en las últimas semanas ha visitado los campus de Vigo y Ourense para concienciar a los universitarios sobre lo que está en juego, confía en que los españoles se movilicen el día 26 con igual intensidad que hace dos semanas: "Si no votas en las elecciones europeas dejas pasar una oportunidad única de influenciar en decisiones que nos afectan a todos. Dejas que otros decidan por ti cómo va a ser tu vida en los próximos años".

El fin del roaming, la protección de datos y la privacidad -"la más exigente del mundo", el exitoso programa Erasmus, la seguridad aérea, la protección del medio ambiente o una política comercial más justa con terceros países son algunos de los ejemplos que Cristian contrapone a la "percepción completamente errónea" de que las decisiones de la UE llegan tarde o no afectan a nuestro día a día. "En los últimos meses hemos hecho progresos muy importantes en el pilar social -protección de la salud laboral, permisos parentales o condiciones mínimas de los contratos-, la lucha contra el cambio climático y el control de emisiones o la regulación de mercados financieros", añade.

"Son muchísimas más las cosas que nos unen que las que nos separan. Y existe mucha más solidaridad y sentimientos europeos entre los ciudadanos de lo que muchos puedan creer. Dentro de la UE se reconocen y se tienen siempre en cuenta todas la identidades y sentimientos, la enorme riqueza y variedad de culturas. De este modo avanzamos. Quizá no a la velocidad que nos gustaría, pero se trata de un paso firme y seguro", defiende Cristian.

Fue precisamente una estancia Erasmus en Edimburgo la que despertó su interés por el derecho comunitario. De regreso a España cursó un máster en la Carlos III y, tras formarse en el Colegio de Europa en Brujas, entró como becario en el Parlamento Europeo en 1996. Funcionario de la Secretaría General desde 2002, trabajó para diferentes comisiones y durante dos años y medio estuvo destinado en la delegación de la UE en EE UU, en Washington, como agente de enlace entre el Parlamento Europeo y el Congreso estadounidense.

Desde 2007 forma parte de la Unidad de Asuntos Legislativos y trabaja con las comisiones de Empleo y Asuntos Sociales y de Asuntos Económicos y Monetarios, así como puntualmente con la de Pesca.

Bajo las máximas de "total neutralidad, discreción y confidencialidad", los funcionarios de su unidad realizan un seguimiento de los informes legislativos de todas las comisiones y del pleno del Parlamento, además de asistir y aconsejar a eurodiputados y funcionarios, especialmente cuando se delibera el contenido de los reglamentos y directivas que después se aplicarán en la UE. En estos últimos meses de legislatura, las negociaciones con el Consejo de Ministros y la Comisión Europea "se multiplican" y no es raro que Cristian regrese a casa "al amanecer".

Además es el coordinador de otra de las misiones de su unidad, la formación sobre legislación y procedimientos tanto a nivel interno como para otras instituciones europeas, gobiernos de Estados Miembros o universidades. Y también participa en los programas que llevan a los funcionarios a las escuelas y campus de sus ciudades de origen para acercar la UE a los jóvenes: "Es muy útil que puedan ver que los funcionarios somos gente normal, que estudiamos en los mismos lugares que ellos. Y mi experiencia me muestra que en los últimos años tienen un creciente interés, no solo en España, por la política. Y cada vez es mayor su conocimiento de la trascendencia de las decisiones que se toman en Bruselas".

Cristian desmiente la fama de gris y aburrida de la ciudad en la que reside desde hace 23 años. "Es mucho más que una ciudad de comerciantes y diplomáticos. Es una capital vibrante y llena de vida. Y de lo más transgresora y cuna de los movimientos culturales y artísticos más vanguardistas de Europa", destaca el vigués junto con su gran oferta cultural y su ambiente "pluricultural y multinacional". "Hasta el clima ha cambiado, ya no existen los largos inviernos grises y fríos", añade.

Aunque nació en el país de su padre, Cristian hace gala de su viguismo. "Los de Vigo nacemos donde nos da la gana", bromea. Y también de su celtismo. De crío vibraba en la grada de Río con su abuelo y sigue fiel a su cita con Balaídos durante sus habituales visitas.

Su otra pasión es la música, compone y toca desde adolescente con el nombre artístico de CapFarelo. Y una de sus últimas canciones, "Unha viaxe pola Ría de Vigo", es todo un homenaje a la ciudad que puede ser escuchado en su página web y en las plataformas digitales: "Vivir fuera te hace apreciar mejor lo que tenemos. As Rías Baixas, a nosa xente e a nosa retranca, a nosa gastronomía, o Castro, o Casco Vello e o noso Celta ¡non os cambio por nada!".

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