Los gallegos que han dejado de trabajar para cuidar a familiares dependientes o con discapacidad aumentaron un 29 por ciento en 2018, según el informe Discapacidad y Familia, realizado por la Fundación Adecco. Según este estudio, que se ha realizado por octavo año consecutivo en el marco del Día Internacional de la Familia -el 15 de mayo-, durante el último año, 1.200 gallegos se han retirado del mercado laboral por motivos familiares.

Según este informe, los inactivos por este motivo ya alcanzan los 5.400, lo que supone un incremento del 29% con respecto a 2017 (4.200) y un crecimiento del 64% con respecto a hace dos años, cuando se contabilizaban 3.300.

"Se trata de un sector de la población feminizado prácticamente al 100% y de edad avanzada -destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco-. Las mujeres mayores de 45 años son las que más dificultades encuentran en su acceso al empleo y en el mantenimiento del mismo; por lo tanto, son las primeras que deciden retirarse del mercado cuando la situación familiar lo requiere".

La mayoría (55%) toma la decisión de retirarse del mercado laboral por motivos económicos, al no cubrir su sueldo los servicios profesionales adecuados para el cuidado de su familiar dependiente o con discapacidad.

A este respecto, un 78% de las familias con personas con discapacidad encuestadas declara algún tipo de dificultad para llegar a fin de mes, y un 31% manifiesta encontrar grandes dificultades, seguido de un 19% que afirma llegar "con dificultad" y un 28% que alega "ciertas dificultades" para terminar su mes.

Los autores del informe apuntan dos factores principales para el crecimiento interanual de personas que se retiran del mercado: uno es que cada vez se contabilizan más personas dependientes y/o con discapacidad. En parte por el alargamiento de la esperanza de vida. Hoy se contabilizan 61.112 beneficiarios de ayudas para personas dependientes en Galicia, un 10,5% más que el año pasado. El segundo factor es el mayor apoyo por parte de la administración pública: se han recuperado las cotizaciones a la Seguridad Social de los cuidadores no profesionales en el entorno familiar, de modo que a partir de ahora será el Estado quien las asuma.

La Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia introduce la figura del cuidador familiar no profesional, de modo que, si se acreditan ciertos requisitos, un miembro de la familia puede hacerse cargo de la persona dependiente y recibir por ello una prestación.

Entre las causas de que los cuidadores tengan una edad avanzada destaca la desactualización de competencias (muchas se incorporan a la búsqueda de empleo tras mucho tiempo de inactividad), unida a prejuicios sociales y empresariales que siguen asociando a los senior con profesionales obsoletos, menor flexibilidad e inferior compromiso.

Conciliación

No todas las personas que tienen familiares con discapacidad se ven obligadas a abandonar su puesto de trabajo, pero la gran mayoría de los que tienen empleo (92%) declara dificultades para conciliar su vida personal y profesional. Esta cifra es muy superior a la del resto de los trabajadores: el 66% de los ocupados en España encuentra dificultades para conciliar.

Si la conciliación es un desafío para todos los trabajadores, lo es más para aquellos con personas con discapacidad a su cargo, y el nivel de implementación de medidas de conciliación por parte de las empresas es inferior al 50%. Solo la posibilidad de abandono del puesto ante emergencias familiares (60%) o las reuniones por videoconferencias (55%) superan este porcentaje. En el otro lado, el teletrabajo sigue siendo exiguo (11%) y la flexibilidad tiene aún mucho margen de desarrollo (41%).