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Educación de la mano de expertos

"Apoyo el cambio de escuela de una víctima de 'bullying' si su situación no cambia"

La impulsora de la escuela para familias Edurespeta, Tania García, denuncia que en los colegios "se sigue gritando e insultando a los niños o se les castiga sin salir al patio"

El teléfono contra el acoso registró más de 5.000 casos el año pasado. Shutterstock

Antes no tenía nombre propio, pero lo cierto es que el 'bullying' ha existido siempre dentro de las aulas, casi como una "asignatura obligatoria" para bregar a los más jóvenes en el arte de defenderse y aprender a lidiar contra la violencia que se cuela a través de nuestros televisores en nuestro día a día. Acosadores y acosados compartían pupitre hasta que una de las partes, normalmente la víctima, decidía cambiar de colegio en vista de que nadie trataba de mediar para evitar su calvario.

A día de hoy, la reacción de educadores, padres y compañeros va poco a poco cambiando, pero aún queda mucho por hacer para erradicar el acoso escolar, advierte Tania García, pedagoga y asesora familiar, fundadora de la escuela para familias Edurespeta, que apuesta por una educación basada en el respeto, porque "sólo el respeto salvará el mundo en el que vivimos".

No podemos cerrar los ojos ante una realidad que, según los últimos datos, recabados a través del teléfono contra el acoso escolar, puesto en marcha desde el Ministerio de Educación -900 018 018-, se detectaron 5.557 casos el año pasado. Siete de cada diez llevaban produciéndose desde hace meses, incluso años, y la mitad se repetía prácticamente a diario.

-¿Hay ahora más casos de 'bullying' o antes también existían pero no se denunciaban ni se les daba la importancia que realmente tienen?

-Casos de acoso escolar han existido siempre. Hace años, este tipo de violencia era considerada "cosas de niños", cuando la violencia en ningún caso lo es. Ahora no hemos cambiado mucho, seguimos pensando lo mismo. Salvo en casos muy graves, seguimos sin ver la violencia en el día a día, y la hay, tanto en hogares como en colegios. Actualmente hay más casos que nunca, hemos llegado a una realidad insostenible e intachable, y continúa habiendo silencio en las escuelas y familias, falta de medidas, y por supuesto, de formación en este ámbito. Queda mucho por hacer.

-¿A qué se debe esta impunidad de la violencia por parte de la sociedad?

-Esto es consecuencia de la sociedad en la que vivimos, patriarcal y 'adultista', pensada únicamente en los intereses y prioridades de los adultos, dejando a los niños y niñas como personas "a medio hacer", no como personas ya hechas. Es por ello por lo que necesitamos un gran cambio, poco a poco, desde cada hogar y cada escuela, para empezar a generar un movimiento en el que los niños y niñas integren el respeto como forma de vida.

-¿Qué secuelas perviven en las personas que han sido víctimas de bullying?

-Son muchas y de por vida si no se realiza terapia con profesionales. Son personas sin autoestima, con miedos y fobias, ansiedad, depresión, trastornos del sueño o de la alimentación, adicciones... E incluso, como ocurre en miles de casos y cada vez más, sin ganas de vivir.

"Quienes sufren maltrato, lo integran como una forma natural de tratar y ser tratados, y en muchas ocasiones acaban maltratando a sus parejas o hijos"

-¿Tienen más probabilidades de sufrir maltrato de adultos?

-Los niños y niñas que han sufrido acoso escolar tienen más probabilidades de tener dificultades sociales y por tanto, de sufrir acoso en sus puestos de trabajo, con sus amistades o vecinos, o incluso de ser ellos acosadores. Es decir, las personas que sufren maltrato, lo integran como una forma natural de tratar y ser tratados, y en muchas ocasiones acaban maltratando a sus parejas o hijos.

-¿Y qué ocurre con esos acosadores a medida que crecen?

-Igual ocurre con los acosadores durante la infancia y adolescencia. Pueden seguir siendo violentos en sus relaciones, o también ser víctimas. No tienen un correcto conocimiento de lo que significa respetar, ser respetados y auto respetarse.

Los niños copian lo que ven de los mayores.Shutterstock

Educar en el respeto

-¿Qué errores cometemos?

-Se trabaja poco, tanto para la víctima como para el acosador. Y ante un caso, el trabajo debe ser en ambas partes: acosador y víctima; y sus familias deben ser tratadas y reeducadas. Primero de todo, los profesores no deben mirar para otro lado. Si a alguien le hacen mofa por sus nuevas gafas, su forma de hablar o su estatura no son cosas de niños, y, por tanto, hay que actuar ya. Deben reunirse con las madres y padres de todos los alumnos de clase y después con las familias de los implicados de forma individual para realizar pasos que promuevan el cambio. Además, hay que realizar un cambio en casa. Si no respetamos a nuestros hijos e hijas, difícilmente van a aprender a respetarse, a ser respetados y a respetar. Sólo el respeto salvará el mundo en el que vivimos.

"Seguimos educando con castigos, gritos, amenazas, chantajes, etiquetas, insultos, cachetes... y nuestros hijos normalizan la violencia, tanto para recibirla como para realizarla"

Tania García| - Escuela para familias Edurespeta

-¿Qué papel debemos seguir los padres y educadores para frenar este problema?

-Debemos cambiar la forma en la que educamos y tratamos a nuestros hijos. Seguimos educando mediante castigos, gritos, amenazas, chantajes, etiquetas, insultos, cachetes... y por ende, nuestros hijos normalizan la violencia, tanto para recibirla como para realizarla. Es, por tanto, un círculo vicioso del que nunca salimos.

Educar respetando a los hijos no es ser permisivos ni blandos, es tratarlos, simplemente, como nos gustaría ser tratados. Tendremos que decir que no, poner límites, enseñar valores, etc., pero siempre respetando. Sólo así enseñaremos respeto.

-¿Cree que desde los centros educativos hacen los deberes con respecto a este tema?

-No, no se actúa bien. Primeramente, no se sabe qué es realmente el maltrato, ya que tenemos muchas cuestiones normalizadas que no son normales. Desde las escuelas se sigue castigando y gritando a los niños, se les deja sin patio -algo que atenta contra su derecho al descanso establecido por la OMS-, se les insulta o compara con otros si suspenden. Por tanto, ven normal que de igual a igual -de niño a niño- se insulten, se ignoren, se mofen, se amenacen... Lo importante, como profesores y profesionales, es dejar de utilizar estas formas dañinas. Y, por otro lado, actuar desde el primer momento.

El aislamiento es uno de los sentimientos más comunes en las víctimas de 'bullying'.Shutterstock

-¿Cómo podemos conseguir que sus compañeros de clase no actúen como cómplices?

-¿Cómo van a aprender los niños testigos a defender a sus iguales si socialmente ven y aprenden lo contrario? Los adultos somos así. No nos metemos en nada ni defendemos a nadie, ni incluso en situaciones en las que vemos claramente el maltrato. Esto es porque tenemos miedo, miedo de que nos salpique y nos pongamos en peligro. Exactamente igual les ocurre a los niños. Pueden ser cómplices del maltrato del acosador, pero dentro de su interior no querer hacerlo o tener miedo al acosador, pero sentir que necesitan forman parte del grupo "de los malos" para ser aceptados socialmente. Es por ello por lo que el trabajo radica en reeducarnos primero nosotros, los padres y educadores, para reeducarlos a ellos.

-¿Qué importancia cobran las redes sociales en la amplificación de este acoso?

-Antes, cuando sufríamos acoso escolar, llegábamos a casa y "descansábamos". Ahora, los chavales llegan a casa y siguen sufriendo insultos y vejaciones a través de las redes sociales por parte de sus compañeros. Además, ven, a través de las redes, cómo los adultos se insultan unos a otros y cómo el respeto brilla por su ausencia. Nos creemos con el derecho de juzgar la vida del resto y de no respetarla, y por supuesto, ese ejemplo damos a las nuevas generaciones. El maltrato está a la orden del día, lo estamos normalizando y perpetuando.

"Como padres, nunca debemos quedarnos callados ni debemos tener miedo a defender los derechos de nuestros hijos"

-¿Es partidaria de que la víctima de bullying se vea "obligada" a cambiarse de colegio?

-Apoyo el cambio de escuela si la situación no cambia. Cuando alguien sufre acoso, todo está teñido del mismo: los diferentes escenarios escolares, los compañeros, los profesores... Nadie es del todo feliz donde un día sufrió un calvario. He ayudado a cientos de familias y profesionales en situaciones escolares de acoso y aunque las víctimas primero dicen no querer cambiarse, por aquello de "mejor malo conocido", luego todos coinciden en que están más a gusto en su nuevo entorno, pues supone un descanso y una renovación.

Si como madres y padres no sentimos que se haga nada y nuestro hijo o hija sigue sufriendo, lo ideal es cambiar de colegio y tomar las medidas que sean necesarias. Nunca debemos quedarnos callados ni debemos tener miedo a defender los derechos de nuestros hijos e hijas.

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