Blancanieves y la Bella Durmiente se despiertan de un profundo sueño gracias al beso que les da un príncipe desconocido; Caperucita es una niña inocente a la que un cazador salva de las garras del lobo feroz y Barba Azul guardaba los cadáveres de sus esposas bajo llave. Al considerar que estos clásicos infantiles reproducen roles de género o estereotipos machistas, un colegio catalán ha retirado 200 títulos de su biblioteca, una decisión polémica que ha atacado duramente en un reciente artículo el escritor y académico Arturo Pérez-Reverte, que la ha tachado de "la última imbecilidad" a cargo de la "nueva Inquisición". Profesores, pedagogos y feministas gallegas rechazan prohibir estas obras y apuestan por que los adultos acompañen siempre en la lectura a los niños para contextualizar los cuentos, desarrollar su espíritu crítico y hacerles reflexionar sobre el tema.

Tras analizar unos 600 libros infantiles desde la perspectiva de género, una escuela de Barcelona concluyó que el 30% reproducían estereotipos o incluían elementos sexistas y por ello decidió vetar el acceso a 200 cuentos, muchos de ellos clásicos, a los alumnos de Educación Infantil. Pedagogos, profesores y entidades feministas gallegos reconocen que muchas de las versiones de cuentos tradicionales que han llegado a la actualidad muestran roles de género ya obsoletos -la mujer suele aparecer como inocente y débil y siempre es un hombre el que la salva de cualquier situación-, pero rechazan rotundamente prohibir esta literatura y apuestan por la lectura acompañada con los niños para aprovechar esos temas que ahora desentonan para "despertar su espíritu crítico".

Roles tradicionales

"Hay ciertos cuentos que desarrollan roles tradicionales que ya han desaparecido o no se adaptan a la sociedad actual. Las mujeres siempre aparecen en papeles secundarios, el hombre o el príncipe siempre las tiene que venir a salvar e incluso si no se explican hay algunos que casi incitan a la cultura de la violación como aquellos donde el príncipe besa a una joven desconocida que está dormida. Los libros influyen en los niños pequeños porque son como esponjas y están formando su identidad. Sin embargo, no creo que la solución sea prohibirlos sino ayudar a que los niños sean críticos", señala Carmen Armada desde la Plataforma Feminista Galega.

"No se puede generalizar y decir que todos incluyen elementos sexistas. Además hay que diferenciar entre los cuentos de tradición oral y los de hadas infantiles que después fueron puestos por escrito por diferentes autores", indica Iria Sobrino, profesora universitaria de Literatura Infantil y su Didáctica. "En la tradición oral tenemos historias de gran riqueza literaria, incluso con gran protagonismo de las mujeres, aunque también hay historias más duras. Cuando después estos cuentos se ponen por escrito de manos de los hermanos Grimm o Charles Perrault hay que tener en cuenta que son hombres, burgueses y que filtran esas historias para transmitir la sociedad que ello desean", señala. Una visión que coincide con la de la también profesora de Literatura Infantil Montserrat Muriano. "No me gusta calificar de sexistas estos cuentos porque creo que no se pueden analizar con criterios actuales historias que fueron creadas en otra época. Es cierto que se repiten ciertos roles de género pero hay que contextualizarlo", sostiene.

Valor educativo

"Son historias de una gran calidad literaria y normalmente tienen valor educativo porque incluyen siempre personajes buenos y malos (donde hay tanto hombres como mujeres: ogros, brujas, gigantes...) y éstos nunca ganan. No todo es negativo", señala Montserrat Muriano, quien resalta que se olvida muchas veces que lo importante "es el goce de leer" y estas historias "están muy bien escritas". Además lamenta que en la sociedad actual "se pone la tirita antes que la herida", de forma que "se oculta a los niños la muerte, que los padres se puedan divorciar y todo esto no es sino otra forma de sobreprotegerlos". "La sociedad actual no prepara a los niños para la vida porque se les aparta cualquier irregularidad o imperfección y no se les enseña a tolerar la frustración. Los cuentos son una herramienta clave para inculcar valores", indica el presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia, José Manuel Suárez.

Además, unos y otros defienden que gracias a estos cuentos con actitudes ya desfasadas, los pequeños pueden despertar su espíritu crítico y comprender qué esta bien y qué esta mal.La clave está en realizar una lectura con ellos, en donde se les anime a reflexionar sobre la historia que acaban de escuchar.

Iria Sobrino - Prof. de literatura infantil

"No se puede generalizar; no todos los clásicos incluyen elementos sexistas"

José Manuel Suárez - Pte. Asociación de pedagogos

"La sociedad actual no prepara al niño para la vida; se les aparta toda imperfección"

Carmen Armada - Plataforma feminista galega

"Defiendo una lectura acompañada que despierte el espíritu crítico en el pequeño"