Bob Dylan actúa esta noche (21.00 horas) en el Multiusos Fontes do Sar de Santiago, en un concierto para el que -a la hora de redactar esta información- todavía quedan entradas disponibles, con precios que oscilan entre los 55 y los 132 euros, después de que se haya ampliado el aforo. Será la tercera vez que el músico estadounidense actúe en la capital gallega, después de sus visitas de 1999 y 2004. También actuó en Vigo en 2008. Y, como en otras ocasiones, nunca se sabe si será la última. Sabemos que este "Never Ending Tour" ("Gira Interminable") comenzó el 7 de junio de 1988, pero desconocemos si el bardo de Duluth, que en mayo cumplirá 78 años, ha puesto ya fecha a su retirada, como sí ha anunciado su amigo Mark Knopfler, de 69, que el próximo viernes ofrecerá en A Coruña su último concierto en Galicia.

Y es que casi todo lo que rodea al autor de "Knockin' on Heaven's Door" está envuelto en el misterio. En las dos jornadas completas que pasó en Gijón -donde tocó anoche-, los huéspedes del hotel donde se alojó ni le vieron. Ya no es novedad que en los conciertos no pronuncie ni una palabra más allá de las letras de sus canciones, y ni siquiera presenta a su banda.

Las aproximadamente 5.000 personas que hoy verán actuar a Dylan en Santiago ya deben saber a estas alturas que no deben sacar sus teléfonos móviles ni cámaras para retratar al premio Nobel de Literatura, si no quieren que el propio cantante les eche una bronca, como ocurrió el pasado 17 de abril en su concierto en Viena. Según la revista "Rolling Stone", Dylan le "ladró" a la audiencia lo siguiente: "Podemos tocar o podemos posar. ¿De acuerdo?".

Repertorio casi inamovible

Pese a las pocas sorpresas que está ofreciendo Dylan en los conciertos de este año, la actuación en el Bec de Bilbao del pasado viernes trajo una pequeña revolución a esa veintena de canciones que el de Minnesota lleva arrastrando con su banda por Europa sin más altibajos que el enfado por la regañina al público por las fotos en Austria o ese "Just Like Tom Thumb's Blues" en versión instrumental con el que la banda a veces despide los shows.

La cosa es que en Bilbao, y para regocijo de "dylanitas" de todo el mundo, Dylan cambió la quinta canción del repertorio, "Cry a While", de su disco "Love and Theft" (2001) por "Dignity", una composición de las sesiones de "Oh Mercy" (1989) que no vio la luz hasta 1994. Al año siguiente, 1995, la canción se hizo algo más famosa en su versión del acústico de la MTV. No obstante, pese a que Dylan la interpretó con cierta regularidad en 2003 y 2004, después sólo sonó en Hannover el 31 de marzo de 2009, el 1 de noviembre de 2012 en Texas y el viernes en Bilbao. Queda la duda de si los versos de todos esos seres buscando dónde se esconde la "dignidad" sin poder encontrarla vuelven a sonar en Santiago.

Los seguidores gallegos de Dylan tienen otra oportunidad para verle este miércoles, 1 de mayo, en el Coliseu Porto Ageas de Oporto.