Tienen móvil y cuenta en Youtube pero lo que sus padres no saben es que para engrosar su lista de seguidores o lograr un puñado de "likes" se han grabado en su habitación o con otros amigos desnudos o en posturas eróticas. La Policía Nacional advierte de esta alarmante moda, carne de cañón para los pedófilos.

Por primera vez la Policía ha desarrollado un macrooperativo contra la difusión "online" de material sexual que los propios menores han producido para subirlo a sus redes sociales y con total desconocimiento de sus padres y, sobre todo, del peligro que conlleva. Lo han comprobado efectivos de toda España tras identificar a 110 menores de entre 2 y 13 años que aparecen en los vídeos subidos a la red, según explica la inspectora Cecilia Carrión, que aclara que en el caso de los más pequeños lógicamente está detrás la participación de algún adulto del entorno familiar, aunque sin motivación delictiva, es decir, grababa a sus hijos desnudos o semidesnudos y los colgaba en internet.

Carrión detalla que la operación Liberi (niño en latín) ha destapado que los pequeños aprovechaban los momentos de intimidad en el baño, en su habitación o solos con amigos para grabar estas imágenes con el objetivo, según reconocieron a los agentes, de intentar aumentar sus seguidores en redes como Instagram, Periscope, Twitter o Youtube.

"Son en muchos casos los propios amigos los que se lo dicen", afirma la inspectora de Policía, antes de advertir de que entre los menores identificados también hay algún caso en los que un adulto ha contactado con ellos haciéndose pasar por un igual a cambio de regalos como una recarga de una consola de viodeojuegos.

Y aunque el material autograbado no es pornográfico ni existe ningún tipo de explotación sexual, la Policía asegura que las imágenes son impropias para las edades de los niños y, por tanto, material gratuito para los pedófilos.

A estos 110 menores se llegó gracias a una alerta del Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados (NCMEC) de Estados Unidos, una entidad con la que colabora España y que avisó de un aumento de distribución de estos materiales en redes sociales desde principios de 2018.

En la mayoría de los casos, los padres desconocían que sus hijos se habían grabado ni que lo habían subido a internet, aunque sí sabían que eran usuarios de plataformas.