Un juzgado madrileño ha condenado a un cirujano a pagar 229.383 euros a la familia de un paciente al que intervino en un hospital privado de Madrid de obesidad mórbida y murió días después. El médico condenado se marchó a Valencia tras la operación, con lo que el paciente quedó en manos del personal subalterno. Horas después, empeoró y días después murió.