"Reivindico el derecho de la mujer a pensar como le dé la gana y que no se le margine por ser mujer". Este alegato fue efectuado ayer por la escritora y periodista María Teresa Álvarez en CLUB FARO a donde acudió para presentar su último libro, "La hija de la indiana".

En su charla-coloquio, presentada por la periodista Ana Lago, explicó que "una mujer debe ser feminista" para, a continuación, introducir varias acotaciones sobre el término feminista según su parecer. Para ello, antes, recordó su vida familiar.

"No sufrí marginación por ser mujer", indicó tras, previamente, resaltar su "carácter fuerte" así como la inexistencia de hermanos varones en su familia. No obstante, reconoció que tomó "conciencia de lo que había sufrido la mujer" a lo largo de los tiempos cuando estaba preparando para TVE los documentales históricos sobre mujeres. "Me di cuenta de lo terrible e injusto que era ser mujer y que te marginaran. Además, reflexioné sobre lo mal que lo hizo la humanidad no permitiendo que la mitd del talento se desarrollara; cercenaron de raíz a las mujeres. Yo, en ese sentido, me declaro feminista reivindicando mi derecho a no militar en ningún movimiento feminista porque tienen otro tipo de connotaciones que no me interesan (políticas). Yo no suscribiría nunca la manifestación que se hizo recientemente (en alusión a la del pasado 8 de marzo)".

María Teresa Álvarez -de origen asturiano, licenciada en Ciencias de la Información y que se encargó en los telediarios de TVE de la Subdirección de Cultura y Sociedad- destacó también en CLUB FARO que "es muy importante que las mujeres nos querramos, lo que no sucede mucho".

Asimismo, añadió que "las mejores estudiantes son casi siempre mujeres y después no se traduce en los cargos de responsabilidad. Uno de los problemas de las mujeres es que, cuando tenemos un cargo, queremos imitar a los hombres".

Además de tratar el tema del feminismo, en la charla-coloquio -que llevaba el título de "Emigración, amor y drama. verdades que es mejor no conocer para evitar sufrimientos"- también se habló sobre el último libro de María Teresa Álvarez, "La hija de la indiana".

Se trata de la segunda parte de un libro anterior titulado "La indiana" -que presentaba la historia de dos niños que perdieron a sus padres en un naufragio y que tras muchas vicisitudes acabaron enamorándose y haciendo fortuna en Cuba para, después, regresar a Asturias- y que decidió escribir "para hacer algo por Candás", el pueblo asturiano donde nació y que es motivo de su inspiración literaria.

Durante una ardua búsqueda de documentación, decidió que los dos personajes principales de "La indiana" decidiesen volver a Cuba pero no desde la posición de emigrantes sino como ricos visitantes. En ese viaje de regreso, no están solos sino que los acompaña su hija adoptiva, Rosita, que tendrá una vivencia determinante en la isla caribeña. La familia se verá arrasada por un evento atravesado por la decisión entre la verdad y la ocultación.

El libro, aunque transcurre entre Candás y Cuba, también tiene unas páginas que se desarrollan en Vigo aprovechando un naufragio de un barco que comunicaba Europa con América en aquellos años, principios del siglo XX. Se trata de un hundimiento real sobre el que se documentó la escritora a través de diversos periódicos de la época, entre ellos, FARO DE VIGO,.

María Teresa Álvarez reconoció que, en la obra, hay "momentos dramáticos. Cuando escribo un libro, sé la historia que quiero contar. (...) Tenía claro cómo quería que acabara este libro y a las cinco páginas del final vi que no podría acabar como quería; los personajes no querían terminar así".

En su coloquio, esta autora también hizo referencia a la emigración y la esclavitud. Sobre la primera, indicó que "fue terrible" ya que a finales del siglo XIX y principios del XX "los emigrantes viajaban a América en las bodegas de los barcos hacinados; la mayoría moría". Entre los que se salvaban, muchos tenían que afrontar que su sueño en el lugar deseado e imaginado no iba a ser según lo trazado y que, incluso, podían encontrar "el fracaso". Sobre la esclavitud, un tema destacado en su última entrega literaria de ficción, indicó que la tiene presente en la novela a pesar de haber sido abolida a finales del siglo XIX. De hecho, es la clave de la trama, aunque solo se conoce hacia el final de la narración.