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Juan Luis Arsuaga ferreras: "El pasado tenía cosas buenas, como la vida social, que se está perdiendo"

El paleontólogo recibe hoy en Vigo la medalla "Miembro de Honor Distinguido" del Instituto Cultura, Ciencia y Tecnología

Juan Luis Arsuaga. // FdV

El nombre de Juan Luis Arsuaga está estrechamente vinculado al de Atapuerca, yacimiento que codirige desde 1991 y que comenzó a adquirir una especial relevancia a partir del descubrimiento de los restos de la 'Sima de los Huesos', en 1992, y dos años después, de los restos humanos de más de 900.000 años que definieron una nueva especie conocida: el Homo anteccesor. El paleontólogo recibirá esta tarde la medalla "Miembro de Honor Distinguido" del Instituto Cultura, Ciencia y Tecnología (ICCCT) en un acto que se celebrará en el Auditorio de Afundación en Vigo, donde impartirá la conferencia "Eres lo que comes: la alimentación en la evolución humana".

- ¿Somos lo que comemos?

-Es un título un poco provocativo porque somos mucho más de lo que comemos. Yo más bien creo que el título verdadero es: "Eres lo que piensas". "Eres lo que comes" es en parte cierto, es decir, la ecología tiene una participación muy importante en la evolución humana. Pero la otra parte la explica no el medio ambiente, sino el medio social. De manera que de lo que hablaré será de los dos medios que han conformado la naturaleza humana: la ecología y el grupo en el que se desarrolla nuestra vida.

- Porque para el ser humano, comer es algo más que alimentarse...

-Claro, claro. Todo lo importante ocurre alrededor de una mesa. Incluso algunos ritos religiosos como la comunión y las bodas tienen que ver con la comida. Este es un buen ejemplo de cómo la alimentación, aparte de nutrir el cuerpo, nutre la mente.

- ¿No cree que algo tan primigenio como reunirse en torno a la comida se está perdiendo?

-Se está perdiendo la vida social. De hecho, ahora viene con la primavera un montón de bodas y comuniones, que es casi como una epidemia de vida social. De pronto, vamos a tirarnos unos meses haciendo vida tribal, más que social, porque lo que se reúne es lo que se llama la familia extendida, el grupo, el grupo familiar. Tenemos, como en las tribus, un mecanismo de fusión-fisión, algo que hacen los grupos de cazadores-recolectores. Después de las navidades, hemos pasado por la fase de fisión, durante la que hemos estado un poco como por libre, y ahora viene de nuevo la fusión, la temporada de clan.

- ¿Hemos avanzado mucho desde la Prehistoria desde punto de vista biológico?

-Depende de según en qué momento de la Prehistoria se remonte uno. Si nos vamos a Atapuerca, hemos avanzado mucho en el sentido de que apenas hay mortalidad infantil y la vida es más cómoda al hacernos sedentarios, más previsible, pero en términos de felicidad, si es que eso se puede medir, es discutible. El pasado tenía cosas buenas, como, por ejemplo, la vida social, que tanto se ha perdido, el estar en contacto con la naturaleza, el ritmo de las estaciones... Necesitamos unas reservas de naturaleza, unas reservas de pasado, de Prehistoria. Los parques naturales no dejan de ser eso, una reserva de Prehistoria. No tenemos por qué renunciar a lo bueno del pasado. Yo soy partidario siempre de coger lo bueno de ambos mundos.

- ¿Qué hace tan especial a Atapuerca?

-Tiene muchas más cosas, pero por encima de todo, tiene más fósiles humanos que cualquier otro yacimiento del mundo. Ya con esto es suficiente.

- En los últimos años ha cambiado lo que conocíamos de la evolución humana, con el descubrimiento de nuevas especies, como la del Homo antecessor en Atapuerca y más recientemente el Homo luzonensis...

-Pasa como con la historia. No solo son Roma, la Reconquista y la guerra civil. Hay mucho más. No es que las cosas cambien en el sentido de que se le den la vuelta, sino que se amplía y se les da complejidad. Antes se contaba la historia de las especies con tres nombres.

- Supongo que las nuevas tecnologías tienen mucho que ver.

-Sin duda. Hay muchas técnicas de datación nuevas, técnicas de estudios como TAC, que nos permite estudiar estructuras internas y que nos ha abierto todo un mundo; el microTAC, ya a nivel microscópico; el ADN... Hay muchas técnicas nuevas que han ampliado nuestros conocimientos.

- Usted dirige el Museo de la Evolución Humana. ¿Qué supondría para lo que alberga un siniestro como la de Notre Dame?

-Espero que no ocurra nunca. Sería una tragedia que se perdieran los fósiles. Hay medidas de seguridad, pero la certeza absoluta no existe.

- ¿Cuál fue su momento más emocionante en Atapuerca?

-El 92, cuando se descubrieron los cráneos en la "Sima de los huesos", posiblemente es el momento más importante, pero desde entonces ha habido más descubrimientos muy emocionantes.

- ¿Un consejo para futuros paleontólogos?

-Esta es una profesión vocacional. Si se tiene vocación, todo lo demás es fácil.

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