Una de cal y otra de arena, o, dicho más propiamente, una de polen y otra de contaminación. La primavera y el verano serán leves para los alérgicos, gracias a que el invierno seco reducirá notablemente los niveles de polen en comparación con años anteriores. Sin embargo, ese alivio podría no ser tal debido a los niveles de contaminación, que aumentan con el clima seco.

Esto es lo que augura el especialista Julio Canabal Sanmartín, alergólogo del hospital HM La Esperanza de Santiago. "Un invierno seco supone menos carga de polen en el ambiente y, por tanto, menos síntomas alérgicos y más leves, aunque habrá que esperar a ver cómo avanza esta estación, sobre todo en cuanto a los niveles de contaminación", destaca.

Este especialista explica que el clima seco y cálido incrementa los niveles de contaminación, especialmente por las partículas diésel. Este factor aumenta directamente la alergenicidad del polen y los síntomas de las personas sensibilizadas al mismo.

Canabal Sanmartín subraya que, en contraposición a la primavera leve que pasaremos, en invierno se constató un incremento de consultas debido a la escasez de lluvias y a niveles superiores de contaminación. "En los meses de enero a marzo se multiplicaron entre 5 y 10 veces los niveles de polen, destacando el de las cupresáceas, entre las que se encuentran los cipreses y las arizónicas, y eso se ha reflejado en el aumento de pacientes que tuvieron que acudir a un especialista en Alergología", apunta.

La mayor parte de las alergias respiratorias en Galicia son provocadas por las gramíneas (marzo hasta septiembre). En menor medida, malezas como la parietaria en zonas costeras (se prolonga hasta octubre) y pólenes de árboles (enero-abril) como el abedul, alisos y el plátano de sombra en zonas de alta concentración, como por ejemplo en el área metropolitana de Vigo.

El alergólogo gallego recuerda que las principales pautas para minimizar el impacto de las alergias pasan por "evitar realizar actividad al aire libre y no secar la ropa fuera en días secos y ventosos, conducir con las ventanillas cerradas y utilizar filtros en los coches, mantener las ventanas del domicilio el mayor tiempo posible cerradas y utilizar gafas de sol y filtros nasales".

Julio Canabal recuerda que "el único tratamiento que modifica el curso de la enfermedad, reduce síntomas y uso de medicación sigue siendo la inmunoterapia, la vacunación". En el caso de rinoconjuntivitis o asma causados por pólenes, ácaros y epitelios, o en los provocados por el veneno de himenópteros, existen vacunas específicas que han demostrado su eficacia.