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Fortificaciones gallegas en coma

Cuatro de cada cinco castillos gallegos del inventario español carece de buena conservación

Fortificaciones gallegas en coma

El 78,7% de los castillos gallegos -es decir, cuatro de cada cinco- incluidos en el inventario español de este tipo de fortificaciones adolece de una buena o muy buena conservación. El dato se extrae de la lista elaborada por la Asociación Española de Amigos de los Castillos. En la página web de dicho colectivo, se incluye la relación de monumentos contabilizando 10.374 en toda España, de los que un total de 547 se sitúan en Galicia contabilizando entre su tipología: batería, casa fuerte, castillo medieval militar, castillo medieval palaciego, castro, edificio religioso fortificado, fuerte abaluartado, fuerte fusilero, palacio con elementos militares, población amurallada con castillo, puente fortificado, recinto amurallado y torre.

La inclusión de castro dentro de la tipología obedecería a que se trata de una muestra de fortificación de carácter militar prerromana o de los primeros tiempos de la ocupación romana; es decir, un primer ejemplo de castillos dentro de la historia de la humanidad. Si no contabilizáramos los castros, el inventario otorgaría a Galicia un total de 363 castillos.

En el país donde los castros casi florecen más que los toxos y xestas, puede causar sorpresa equipararlo a los castillos ya que en el ideario colectivo el castillo se asocia más -debido a la influencia cinéfila- a las construcciones estilizadas y pomposas de zonas como el río Loira francés o Rumanía.

No obstante, el patrimonio gallego es rico en castillos de diversa índole, algunos de ellos en ruina progresiva. Concretamente, un total de 216 presentan un estado al borde de la desaparición sin ningún tipo de actuación reciente. Casi la mitad de estas ruinas, se encuentran la provincia coruñesa (104); seguida de Lugo (60), Ourense (30) y Pontevedra (22).

En el caso de la provincia pontevedresa, encontramos en este lamentable estado monumentos emblemáticos como las Torres del Oeste, al pie de las cuales se celebra cada año la Romería Vikinga de Catoira; la Torre de San Saturniño en Cambados; la muralla de Tui, San Lorenzo de Goián o la plaza fuerte de Salvaterra.

En A Coruña, se localizan 245 castillos; en Lugo, 188, en Ournese, 50 y en Pontevedra 64. En Pontevedra, tiene un estado bueno 15, y muy bueno 9; en Ourense, estado bueno 12, muy bueno cero; en Lugo bueno 33 y muy bueno 8; en A Coruña, 15, bueno y 25 muy bueno.

Pero, ¿cuál fue el punto de partido de los castillos en la historia gallega? Carlos Lixó Gómez, en su estudio realizado en la Universidade de Santiago "Los castillos en la Galicia medieval", explica que "a la altura del establecimiento de los suevos en el siglo V la población galaica todavía habitaba en buena medida los antiguos asentamientos amurallados en altura, los castros, o por lo menos les daba uso ocasionalmente; al mismo tiempo las murallas y los fortines de construcción romana definían el territorio. Este concepto de fortificación no desaparecerá de golpe. Su construcción se empieza a hacer frecuente en la documentación en los siglos X-XI" para espantar invasores, protegerse de ellos, reforzar y visibilizar un poder sobre los campesinos.

"A medida que se avanza hacia la plenitud medieval, los castillos, prosigue Lixó Gómez, ya con mayores dimensiones, y más clara función jurisdiccional que aquellas torres primigenias, se vuelven elementos protagonistas para la configuración del sistema político feudal, como centros de poder", apunta en su estudio.

Por su puesto, no evita recordar las revueltas de los Irmandiños, de carácter campesino y burgués, además de participación bajo-nobiliaria, destruyeron en 1467 la práctica totalidad de los castillos gallegos. "A pesar de la reconstrucción de algunos de ellos, el Medievo finalizó como un enorme campo de ruinas pedregosas", señala Lixó.

Los ejemplos a seguir

Con el paso de los siglos y vicisitudes, los pocos que sobrevivieron a tenido una vida diferente. Para mejorar la situación, no solo se debe mirar hacia adentro sino también hacia fuera de los límites gallegos. La Asociación Española de Amigos de los Castillos otorgó este año un premio a la Diputación Provincial de Cuenca por la restauración y promoción de varios castillos (Beteta, Puebla de Almenara, Fuentes, Uclés?) a través del Plan de Rehabilitación y Protección del Patrimonio. Otra insignia se ha otorgado al Consorcio del Castillo de San Pedro en Jaca (Huesca) por abrir al público esta muestra de arquitectura defensiva para su dinamización turística y acoger actividades culturales.

Estos premios se conceden de forma bianual y desde 2009 no recaen en Galicia. En dicho ejercicio, los reconocimientos habían ido a parar a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Consellería de Cultura e Turismo de la Xunta de Galicia; al Arsenal Militar de Ferrol así como a la Deputación Provincial de Lugo.

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