El Primavera do Cine de Vigo prepara las bobinas para proyectar su octava edición, que se celebrará del 30 de abril al 5 de mayo. Será casi casi semana de cine gallego y lusófono, durante la que se proyectarán 34 cortometrajes -divididos en tres categorías: gallegos, lusófonos y de animación-, diez largometrajes y 19 videoclips dentro de la sección oficial, y que se completará con talleres y clases magistrales, entre otras propuestas. Como sesión previa, la semana anterior se desarrollarán actividades, entre las que se encuentran "Cinema dos barrios" (26 y 27 de abril, y 1 de mayo), "Mostra de Cinema Cubano" (del 22 al 25, Cines Norte), "Cine Miúdo" (25 y 25 en el Auditorio Municipal do Concello), en el que 800 niños escucharán música de cine en directo, y los IX Encontros Arraianos de Cinema (día 30, en el Instituto Camões).
-¿Ha sido difícil la selección de títulos para la sección oficial?
-He de decir que la programación de este año está muy trabajada y muy escogida entre los mejores certámenes europeos e internacionales, como Sundance, Berlín, Venecia, Rotterdam..., para poder exhibir los mejores trabajos de estos últimos dos años, en los que los trabajos de Brasil y Portugal han sido muy potentes. Creo que este año hemos dado otro paso adelante para construir una programación muy sólida, trabajada y de calidad.
-Una de las actividades paralelas a la sección oficial tendrá como protagonista a la mujer en el cine. ¿Han notado el sesgo entre géneros en las obras presentadas a concurso?
-Una de las master class que ofrecerá el festival estará centrada en las gallegas en el cine y estará dividida en dos pases. El primero estará impartido por Renata Otero e irá sobre el trabajo que hicieron muchas mujeres anteriores a nuestra época en las distintas facetas relacionadas con el cine y que están bastante olvidada. La idea es rescatarlas de ese olvido. La otra será una charla de Jaione Camborda, una joven directora que nos acercará el panorama de las mujeres cineastas gallegas actualmente. Es cierto que tenemos especial querencia por los trabajos que comulgan con la idiosincrasia del certamen, que son ciertos valores políticos, sociales, de género, de igualdad y de sostenibilidad, aunque la programación sigue siendo muy ecléctica.
-¿El festival está, ocho años después, donde esperaban?
-No. Creo que por su galleguidad y lusofonía sí ha conseguido ser un referente en Portugal y Brasil, y que la anterior edición y esta lo han colocado en el mapa, pero por otra parte, mientras que el Concello, que es la institución local que debe velar por él, no apueste en serio por el festival, nunca despegará.
-¿La falta de esta apuesta en serio es el mayor escollo que tiene el festival para expandirse?
-No es el principal, pero es determinante que el Concello donde se celebra no lo respalde como creo que podía hacerlo. Creo que podría respaldarlo de un modo, incluso, que fuera bueno para todos. Es el festival de cine más grande que hay en la ciudad y a veces ves que tienes más apoyo y más empatía por parte de instituciones más modestas que del gobierno de la ciudad.
-¿Por qué?
-Creo que el festival no es una prioridad dentro de la cultura de esta ciudad, ya sea por motivos políticos, por la trayectoria o porque no le interesa como otros. Sea como sea, lo cierto es que es el certamen de toda Galicia menos apoyado por su Concello. Nos deja el Auditorio y el MARCO, que son espacios de todos, y nos da una cantidad que para el presupuesto total del festival es muy pequeña. Pocas comunidades tienen tantos, tan variados y tan buenos festivales de cine como Galicia y el cine gallego está reconocido en muchísimos festivales de todo el planeta, algo insólito hace solo diez años.
