Los tres rosetones principales de la catedral de Notre Dame así como el órgano principal no resultaron destruidos por el grave incendio que arrasó buena parte del histórico monumento, si bien aún se desconoce el alcance de los daños sufridos como resultado del humo y las llamas.

"Por lo que he podido ver, las vidrieras no resultaron alcanzadas, los tres bellos rosetones que datan de los siglos XII y XIII estaban aún ahí", explicó a la cadena de televisión BFM el portavoz de la catedral, André Finot, quien pudo visitar la nave ayer por la noche.

Según Finot, otras vidrieras sí que sufrieron daños durante el siniestro. "Se trata de vidrieras del siglo XIX, mucho menos importantes, las que se han visto afectadas, pero no las joyas del siglo XIII", subrayó. "Ha sido casi como un milagro, estamos muy aliviados", reconoció.

Tampoco se vio afectado el órgano, aunque "podría haber experimentado algunos daños por la fuerte presión del agua" empleada para extinguir las llamas, añadió.

El organista titular de la catedral, Vincent Dubois, también expresó su alivio por el hecho de que el órgano se haya salvado. "Es un milagro", comentó en declaraciones a franceinfo. El músico reconoció que pasó la noche "con los dedos cruzados para que las claves de la bóveda no cayeran" sobre el órgano.

El gran órgano de Notre Dame -que tiene tres en total-- está compuesto por cinco teclados con 109 teclas y casi 8.000 tubos. "El sonido del instrumento resonaba en una acústica particularmente excepcional que hace de él uno de los instrumentos emblemáticos del mundo actual", defendió Dubois.

También se salvaron de las llamas buena parte de las obras que componen el Tesoro de la catedral, que fueron rescatadas por los bomberos durante las labores de extinción y trasladadas al Ayuntamiento de París. Desde allí, según informó el ministro de Cultura, Franck Riester, se trasladará al Museo del Louvre, donde se conservarán entre otras cosas la corona de espinas, un clavo de la crucifixión, un trozo de cruz y la túnica de San Luis. En cambio, al haberse perdido la aguja de la catedral, que databa de 1859 y había sido diseñada por el arquitecto Eugène Viollet le Duc, se quemaron dos reliquias que se encontraban en su interior las de San Dionisio y de Santa Genoveva.

Las esculturas situadas alrededor de la aguja, los doce apóstoles y los cuatro evangelistas, se retiraron la semana pasada antes de la restauración, por lo que no sufrieron daños.

Las torres Norte y Sur, auténticas joyas del arte gótico con sus quimeras y sus gárgolas se han salvado de las llamas, así como la fachada con el Pórtico del Juicio, esculpido entre 1220 y 1230.

En cuanto a las grandes pinturas, los llamados "Mays", que son un homenaje a la Virgen regalados por los orfebres de París entres 1630 y 1707, precisó el ministro, "podrán ser retiradas previsiblemente a partir del viernes por la mañana". Ya en el Louvre, se procederá a "protegerlas, conservarlas y restaurarlas" por los posibles daños causados por el humo.

Por su parte, el secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, indicó que aunque "globalmente, la estructura se mantiene bien" se detectaron "algunas vulnerabilidades" porque al haberse quemado el crucero así como un frontón del transepto norte, se debe "asegurar" la bóveda que recibió gran cantidad de agua de las mangueras de los bomberos; por lo cual se provocó la evacuación de cinco edificios cercanos.