Gemma Rodríguez da Torre lleva viviendo y trabajando en París desde hace 12 años. A la silledense el incendio de la catedral de Notre Dame la pilló en su oficina de Saint-Denis, muy cerca del también emblemático Stade de France, en el norte de la capital parisina. Ayer se acercó hasta el lugar donde se eleva lo que queda del majestuoso monumento religioso para comprobar de cerca el dantesco espectáculo que conmovió al mundo.

"La verdad es que nos pilló a todos muy desprevenidos. De hecho, fuimos muchos los que en el trabajo pensamos que se trataba de una broma. Es más, cuando nos dijeron que estaba ardiendo Notre Dame creímos que se trataba de algún edificio cercano a la catedral. A nadie se la pasó por la cabeza que fuera Notre Dame la que estaba ardiendo. Se trata de una construcción que había superado hasta dos guerras mundiales, y claro que ninguno de nosotros pensábamos que podía arder así".

Rodríguez cree que los franceses se esforzarán en recuperar su símbolo.,"de hecho, ya están con donativos. Lo que pasa que con todos los problemas que hay en Francia últimamente no sé si sería lo mejor centrarlo todo en la catedral. De todas formas, seguro que se ponen a trabajar en ello cuanto antes, lo que pasa es que tardarán años. Lo único bueno es que como ya estaba en obras, alguna gárgola y escultura las habían quitado del edifico con motivo de esos trabajos. Dentro de lo malo, pienso que es algo positivo de todo lo que pasó".

Ayer Gemma no se acercó hasta la catedral para dejar que los bomberos y los equipos de emergencia trabajasen con tranquilidad. Ayer, en cuando terminó su jornada laboral no pudo resistirlo y se acercó a contemplar el símbolo de Francia.