La doctora Iria Montero asegura que se ha avanzado bastante en la protección solar en España, aunque aún quedan asignaturas pendientes, como las cabinas de bronceado, probihidas ya en muchos países de Europa a menores de edad.

-El melanoma es el cáncer de piel que más aumenta, ¿por qué?

-Según los datos que tenemos, de 2017, en España la incidencia es de 9-10 casos por cada 100.000 habitantes y se diagnostican unos 4.000 nuevos casos al año y provocan unas 600 muertes cada año. Y el 80% de estos fallecimientos podrían evitarse con una buena protección en la infancia. Aunque el daño es acumulativo y de adultos seguimos acumulando daño, no vale comenzar a actuar a los 40.

-La protección solar no solo se limita a la playa, ¿no?

-Tampoco hay que ser tan estrictos. En invierno, la radiación es menor y tampoco nos exponemos tanto, por lo tanto, el riesgo de quemarse es ínfimo. Pero ya a partir de primavera, cuando empieza a hacer buen tiempo, sí es recomendable echar crema al niño antes de que vaya al cole y nosotros, sobre todo en la cara, para evitar el fotoenvejecimiento. La protección solar tiene que ser continua, igual si vas a la playa que a montar en bici, porque lo fundamental es el daño del sol antes de los 15 años. Por eso es importante que los niños aprendan a protegerse del sol y de aquí el proyecto "Convive con el sol" de la Fundación Piel Sana. Hasta no hace mucho, el daño que veíamos con mayor frecuencia era el provocado por exposiciones prolongadas, en marineros y trabajadores del campo, pero no tanto por ocio, que es la causa del melanoma, que, además, aparece cada vez en gente más joven.

- ¿Por qué?

-Porque cada vez hay más exposición solar. Hasta la década de los 50 todo el mundo quería estar blanco, pero hoy se lleva estar moreno. Y luego están las cabinas de bronceado, que en otros países como Francia están prohibidas a menores de 18 años, pero no aquí. Hay muchos jóvenes que van al solarium y los daños los veremos 20 años después.