El cohete operativo más potente del mundo, Falcon Heavy, de SpaceX, lanzó su primera misión comercial ayer, con la puesta en órbita de un satélite de comunicaciones ArabSat. Ha sido el segundo lanzamiento del cohete, tras el estreno promocional el año pasado, en el que Elon Musk, fundador de Space X y Tesla, incluyó como carga útil un vehículo descapotable de la firma de coches eléctricos. Tal y como estaba previsto, tres minutos después del despegue, los dos motores laterales de "Heavy" se separaron del cohete central para un aterrizaje sincronizado en la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral (Florida).

El impulsor central, después de empujar la carga útil al espacio, regresó casi 10 minutos más tarde para un aterrizaje exitoso en la cubierta de una embarcación operada por control remoto, a 645 kilómetros de la costa de Florida. En la misión de prueba de 2018, el impulsor principal de "Heavy" no consiguió alcanzar la embarcación y se estrelló en el mar.