La imagen de un borroso anillo rojizo y amarillento con el centro negro desvelada este miércoles se ha convertido en un hallazgo histórico para la Humanidad y la ciencia, al tratarse de la primera fotografía obtenida de un agujero negro, uno de los fenómenos más desconocidos del Universo.

"Es un enorme logro para la humanidad, una fotografía que imaginó un hombre solo hace un siglo, en 1915: Albert Einstein", resumió al desvelar la fotografía el comisario europeo de Investigación, Ciencia e Innovación, Carlos Moedas, quien aseguró que la ciencia distinguirá entre "el tiempo antes y después de la imagen".

Presentada en Bruselas y simultáneamente en Santiago de Chile, Shanghai, Tokio, Taipei y Washington, la fotografía es en realidad un "puzzle" de varias imágenes generadas a partir de ondas de radio por el proyecto Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT), una red de ocho observatorios situados en distintos puntos del mundo.

Corresponde al agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la galaxia M87, a 53,3 millones de años luz de la Tierra, al que los científicos se refieren como "estrella M87".

Su nomenclatura, no obstante, podría cambiar ya que se ha propuesto llamarle Powehi, vocablo hawaiano que puede traducirse por "fuente oscura embellecida de creación permanente", si bien la última palabra la tiene la Unión Astronómica Internacional, explicaron a Efe los responsables del hallazgo.

Los agujeros negros, imaginados a inicios del siglo XX por el físico Albert Einstein y teorizados por su colega Stephen Hawking en los años setenta a partir de la radiación que emiten, son una masiva concentración de materia comprimida en un área pequeña que genera un campo gravitatorio que engulle todo lo que le rodea, incluida la luz.

Ese misterioso fenómeno astrofísico supone la última fase en la evolución de un tipo de enormes estrellas que son al menos 10 veces más grandes que el Sol. Cuando una "gigante roja" se acerca a la muerte, se repliega sobre sí misma y concentra su masa en una superficie muy pequeña, que se conoce como "enana blanca".

Así ha sido la presentación de la primera imagen de un agujero negro.

Si este proceso de gravedad extrema continúa, se transforma en un agujero negro, delimitado por lo que se conoce como "horizonte de sucesos", que es el punto de no retorno a partir del cual nada que sobrepase esa frontera puede escapar de su atracción y en cuyos aledaños giran aglomeraciones de gas aproximadamente en una órbita circular.

"Lo que vemos en la foto es la silueta, la sombra, el perfil... es como una especie de halo. El agujero negro atrapa luz, pero también la desvía. Todo lo que haya brillante detrás del agujero negro lo vemos en el borde, y por eso lo vemos brillante", explicó a Efe tras la presentación en Bruselas el español Eduardo Ros, coordinador del Departamento de Radio Astronomía/Interferometría de muy larga base del Instituto Max Planck de Bonn (Alemania).

El investigador zaragozano agregó que la imagen final que se aprecia es "una especie de anillo, de halo o de corona que nos enseña lo que hay delante pero también lo que hay detrás, como una especie de ojo de pez".

Para ello se ha utilizado la "interferometría de muy larga base", o VLBI por sus siglas en inglés, que "proporciona la mayor resolución que existe en astronomía" y permite "observar con un detalle que es mil veces mejor que el telescopio espacial Hubble".

Zooming in to the Heart of Messier 87 from ALMA Observatory on Vimeo.

Un telescopio virtual de tamaño terrestre

El Event Horizon Telescope (EHT), un conjunto a escala planetaria de ocho radiotelescopios terrestres forjados a través de la colaboración internacional, fue diseñado para capturar imágenes de agujero negro. Estos primeros resultados han sido publicados en una serie de seis artículos publicados en un número especial de The Astrophysical Journal Letters.

El EHT conecta telescopios de todo el mundo para formar un telescopio virtual del tamaño de la Tierra con una sensibilidad y resolución sin precedentes. El EHT es el resultado de años de colaboración internacional, y ofrece a los científicos una nueva forma de estudiar los objetos más extremos en el Universo predichos por la relatividad general de Einstein durante el centenario del experimento histórico que confirmó la teoría por primera vez.

Crear el EHT requirió la actualización y la conexión de una red mundial de ocho telescopios preexistentes. Estas ubicaciones incluían volcanes en Hawai y México, montañas en Arizona y la Sierra Nevada española, el Desierto de Atacama de Chile, Groenlandia y la Antártida.

Más de 200 científicos logran la primera imagen de un agujero negro

Más de 200 científicos logran la primera imagen de un agujero negro

Más de 200 científicos logran la primera imagen de un agujero negro. Agencia ATLAS / EP

Las observaciones de EHT utilizan una técnica llamada interferometría de línea de base muy larga (VLBI, por sus siglas en inglés) que sincroniza las instalaciones de los telescopios de todo el mundo y explota la rotación de nuestro planeta para formar un enorme telescopio del tamaño de la Tierra al observar una longitud de onda de 1.3 mm. VLBI permite que el EHT logre una resolución angular de 20 microarcosegundos, suficiente para leer un periódico en Nueva York desde un café en la acera de París.

Los telescopios que contribuyeron a este resultado fueron ALMA, APEX, el telescopio IRAM de 30 metros, el telescopio James Clerk Maxwell, el Large Millimeter Telescope Alfonso Serrano, el Submillimeter Array, el Submillimeter Telescope, y el South Pole Telescope.

Los petabytes de datos sin procesar de los telescopios se combinaron mediante supercomputadoras altamente especializadas organizadas por el Instituto Max Planck de Radioastronomía y el Observatorio del Haystack del MIT.

El histórico hallazgo es ciencia fundamental, pero el desarrollo tecnológico necesario para llegar a fotografiar un agujero negro ha permitido avanzar en muchas otras áreas como la geolocalización o la medicina.

"Hemos transformado un concepto matemático, algo que se explica con fórmulas en una pizarra, en un objeto físico que se puede observar", resumió el profesor de Astrofísica de la Universidad Goethe de Fráncfort Luciano Rezolla.