El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ribeira ha decretado la apertura de juicio oral contra José Enrique Abuín, "El Chicle", por el asesinato de la joven madrileña Diana Quer desaparecida en agosto de 2016 en A Pobra. Será juzgado por un tribunal popular en la Sección Sexta de la Audiencia con sede en Santiago después del verano por los delitos de asesinato, agresión sexual y detención ilegal, tal y como piden la Fiscalía y la acusación particular que ejercita la familia de la joven. El juez sostiene que la ocultación del cadáver en un pozo de agua en la nave de Asados, donde permaneció 500 días hasta que él mismo llevó allí a la Guardia Civil, pretendía no solo esconder el cuerpo, sino que desaparecieran los rastros de la violación.

El juez Félix Isaac Alonso indica en el auto que de las diligencias practicadas, "sin perjuicio de lo que pueda resultar acreditado en el acto del juicio", se desprenden "indicios suficientes" contra "El Chicle". Así, señala que el estudio de los terminales telefónicos revela los movimientos seguidos por la víctima y el sospechoso. También hace referencia a los estudios médico-forenses y a los elementos hallados durante el levantamiento del cadáver, entre ellos una brida "con una abertura compatible con el estrangulamiento".

La versión del acusado, según el instructor, presenta "notables incoherencias e incompatibilidades" con el resultado de las diligencias practicadas. Destaca que no consta que se produjese en la zona ninguna sustracción de combustible, por lo que ese motivo "no explica su presencia en el lugar". Además, subraya que resulta "poco creíble" que la víctima abandonase por propia iniciativa el paseo a través del cual regresaba a su casa para acceder a una vía "que no se encontraba en la trayectoria que seguía y que discurre entre naves abandonadas de peores características y en cuyas proximidades se encontraban instalados los vehículos de los feriantes". En cuanto al "agarre del cuello casi accidental" referido por Abuín, dice que "no justificaría las lesiones constatadas".

El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ribeira también indica que las "precauciones" tomadas por el investigado "no solo tendrían por objeto evitar la localización de la víctima, sino también ocultar la comisión del delito de agresión sexual". Incide en que con el sumergimiento de la víctima en agua durante un periodo muy prolongado de tiempo y llevándose su ropa, impidió que pudieran hallarse restos orgánicos de la comisión de tales hechos", lo que avala "el último de los informes médico-forenses recabados".

"No existe indicio alguno que indique que la víctima abandonase el camino hacia su casa voluntariamente o que hubiese fallecido ya en el momento de subirla al vehículo del acusado, ni que descarte la comisión de la agresión sexual", recalca el juez, quien sostiene que de las diligencias practicadas se desprende "El Chicle" abordó a Diana por sorpresa el 22 de agosto de 2016 sobre las 02.40 horas en A Pobra do Caramiñal. La introdujo en el maletero del vehículo "por la fuerza, evitando que gritase" y le arrebató el móvil. Tras maniatarla de pies y manos con bridas y amordazarla con cinta adhesiva, abandonó el lugar a gran velocidad. A las 02.52 se incorporó a la autovía hasta la salida de Rianxo, donde llegó hacia las 03.00 horas. En el puente sobre la ría, tiró el móvil.

El juez relata que retuvo durante una hora a Diana en la nave de Asados. Un tiempo durante el que la agredió sexualmente y la estranguló. "Consumada dicha acción y con el fin de evitar que se descubriesen los hechos cometidos, introdujo el cuerpo de la víctima en el pozo, donde arrojó también su bolso, abandonando el lugar y llevándose la ropa de la víctima, de la que se deshizo en un lugar indeterminado", señala. Transcurridos al menos veinte días, el sospechoso regresó a la nave para comprobar el estado del cuerpo y lo lastró con unos bloques de hormigón.