Edificios emblemáticos, como la Puerta de Alcalá de Madrid o la Alhambra de Granada, se quedaron ayer a oscuras durante una hora para concienciar a los ciudadanos de la importancia de combatir el cambio climático, una iniciativa a la que se sumaron administraciones y decenas de empresas en más de un centenar de ciudades españolas.

Entre las 20.30 y las 21.30 se celebró en España La Hora del Planeta, una iniciativa internacional de la organización ecologista WWF, que arrancó en las islas Chatman (Nueva Zelanda) y culminó en Hawai, después de haber pasado por 25 husos horarios diferentes y a la que calcula que se sumó una sexta parte de la población mundial.

La Torre de Hércules, el Palacio de María Pita o el edificio que alberga la Diputación, en A Coruña; el museo Guggenheim, en Bilbao; en San Sebastián, el paseo de La Concha y el Kursaal; la Sagrada Familia, la Pedrera o la Torre Agbar, en Barcelona; la Puerta de Alcalá, el Palacio Real y el Congreso, en Madrid; la Plaza del Pilar y el Ayuntamiento de Zaragoza; el Acueducto y la Catedral, en Segovia; la Giralda y la Torre del Oro, en Sevilla, y la Alhambra, en Granada, así como la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia; fueron algunos de los edificios emblemáticos que secundaron en España la iniciativa.

La Xunta también se sumó, por tercer año consecutivo, a La Hora del Planeta, apagando edificio administrativo de San Caetano, que alberga sus servicios centrales, y el complejo de la Cidade da Cultura, ambos localizados en Santiago.

Como novedad, y más allá del apagón simbólico, en esta edición WWF también propuso a los ciudadanos que durante la jornada de ayer se uniesen a tres retos concretos relacionados con la reducción del plástico de un solo uso, el consumo de carne y las emisiones derivadas del transporte.