La dieta atlántica -caracterizada por el consumo de abundantes alimentos vegetales y pescados de temporada, locales y frescos,con un peso importante de los lácteos, la carne y el aceite de oliva- va ganando cada vez más peso científico. Diferentes expertos de Galicia y norte de Portugal trabajan para que la sociedad tome conciencia de esta riqueza que ahonda sus raíces en la época de los castros. Para el 5 de abril, organizan, en Compostela, el III Simposio Internacional sobre Dieta Atlántica. El catedrático de Endocrinología Felipe Casanueva desglosa el mismo.

- ¿Qué objetivo buscan con este simposio?

-Lo organizamos en Santiago y responde a la decisión de la Fundación Dieta Atlántica de realzar todo lo relacionado con la dieta atlántica. Este es un concepto que surge cuando observamos una realidad: España es uno de los países más saludables del mundo, pero dentro de ella, Galicia presenta una mayor longevidad. Galicia y España tienen las mismas reglas sociales, presentan los mismos genes... ¿Por qué hay una zona más longeva? Pensamos que, en parte, puede ser atribuido a la dieta atlántica. Esta no se entiende solo con lo que comemos. Lo entendemos como un estilo de vida, de comer en sociedad, de realizar una actividad física determinada. En nuestra opinión, contribuye a una situación de felicidad y bienestar a la mejoría de la longevidad.

- Es curioso que científicamente se ligue un determinado tipo de dieta a la forma social de ingerirla...

-Con la dieta atlántica no hablamos solo de comida, sino de cómo la comemos: en reuniones familiares, despacio, ingeriendo slow food en comidas lentas charlando con toda la familia. Es un estilo de vida que queremos ver.

- En la información preliminar que han enviado, apuntan que las raíces de la dieta atlántica se ahondan hasta la época castrexa . Si es tan antigua, ¿por qué la dieta mediterránea tiene más prensa?

-El concepto de la dieta mediterránea está muy trabajado. Nosotros tenemos datos de que el concepto de dieta atlántica es sólido pero debemos establecer más las bases sólidas. Tiene una vertiente médica (relacionada con el bienestar de la población), pero también me interesa que la producción de alimentos de Galicia tenga reconocimiento nacional, que ya lo tiene, e incluso internacional. Por eso, decidimos organizar una reunión científica del arco de la dieta atlática. Los anglosajones la llaman la dieta atlántica del suroeste de Europa.

- ¿Quiere decir que se adscribiría a coordenadas fuera de Galicia?

-Hablamos de Galicia y norte de Portugal; habría que estudiar si otras zonas se podrían incorporar. Sobre este punto, hablarán algunos oradores. Tenemos que establecer los cimientos para ver a dónde llega. No sabemos si a Asturias la podemos englobar, así como otras zonas del sur de Francia... Por eso, en el simposio, primero, se repasará la historia de la dieta atlántica. Después, con endocrinólogos hablaremos de la alimentación, de las diferencias existentes entre norte y sur y este y oeste. Hay peculiaridades entre distintas zonas.

- Me ha llamado la atención una conferencia del profesor de la Universidade de Santiago Gumersindo Feijoo sobre la sostenibilidad y la huella de carbono...

-Es una conferencia muy novedosa. El vicerrector de la Universidade de Santiago va a hablar de la huella de carbono de la dieta atlántica. Es un estudio publicado en una revista científica internacional que señala que la producción de los alimentos incluidos en la dieta atlántica deja menos huella de carbono, esto habla de una mayor sostenibilidad. Esto significa que tiene una parte ecológica importante.

- ¿Por qué?

-Acabo de leer un informe de la Secretaría de Agricultura de Estados Unidos en el que hablan de que la producción de alimentos está bajo estrés. Estados Unidos está viendo que no puede seguir produciendo, como hasta ahora, la misma cantidad de alimentos para consumo y exportación. El cambio climático nos amenaza a todos y tener una productión de alimentos con baja huella de carbono es importante. Por eso, hemos invitado al simposio a distribuidores de alimentos como responsables de supermercados y grandes distribuidoras porque tienen un papel fundamental en la alimentación debido a la oferta de alimentos de temporada, de proximidad y no de Marruecos o Israel.

- Tengo la sensación de que los niños y jóvenes gallegos están abandonando la dieta atlántica, ¿cómo se puede evitar?

-Los niños de ahora en toda España y Galicia abandonan la dieta tradicional que se hacía lentamente cuando se comía en familia. La abandonan porque el modelo de sociedad ha cambiado. Sin embargo, con una labor de divulgación poco a poco convenceremos a los padres de las bondades de la dieta tradicional. Los padres jóvenes están desprovistos de argumentos para regular la dieta de los hijos, que siempre quieren salchichas. Los padres no les dicen no porque no saben la importancia de decir no. Hay que convencerlos de la importancia de la nutrición tradicional.

- ¿Es posible que en Galicia no le hayamos prestado suficiente atención a esta dieta?

-No, no le hemos dado importancia, porque todos estamos muy contentos con lo que comemos. Ahora, un grupo de personas hemos decidido lanzar más la dieta atlántica porque vemos que tiene mucha importancia para la salud de nuestra población pero también es importante para los productores. Queremos que la dieta atlántica sea un reclamo de salud.

- Parece que Galicia se asoma a una crisis en el campo con miles de productores a punto de jubilarse y sin relevo generacional. ¿Se tambaleará nuestra alimentación?

-La dieta atlántica nos permitirá salvar las explotaciones agrícolas y ganaderas dándole una nueva visión. Si se propaga que los alimentos de la dieta atlántica tienen una baja huella carbónica, muchos agricultores se pasarán a la producción más ecológica. Eso ya está salvando a muchos agricultores y salvará muchas explotaciones. Creo que habrá un fuerte crecimiento de comunidades rurales y una atracción de jóvenes al rural. A la gente, le gusta vivir en el campo si tiene servicios. Si determinamos que la dieta atlántica tiene base científica, se podrían difundir mejor nuestros alimentos, al asociar la dieta atlántica con salud.