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La primera mujer astronauta de la historia

Valentina Tereshkova: Cuando 'Chaika' dio el salto al cielo

Con 26 años fue la primera mujer astronauta en viajar al espacio en el año 1963, un año después de Yuri Gagarin

Valentina Tereshkova fue apodada Gaviota (Chaika). Agencias

La desigualdad entre géneros trasciende la esfera terrestre, tal y como ha demostrado la NASA en su último paseo espacial, con el que anunciaba a bombo y platillo que se convertiría en un hito histórico, puesto que por primera vez iba a estar protagonizado por dos mujeres, Christina Koch y Anne McClain, pero sin embargo, no ha podido ser puesto que no tienen más que un traje para ellas y será un hombre, Nick Hague, quien sustituya a McClain. De hito histórico ha pasado a convertirse en histórico fallo que nos hace mirar atrás para ver cómo ha sido hasta ahora la carrera espacial para las mujeres.

El primer nombre femenino que aparece ligado al espacio es el de Valentina Vladímirovna Tereshkova, apodada con el nombre en clave de 'Chaika' (Gaviota). Esta joven rusa, nacida en Máslennikovo en 1937, hija de un matrimonio de emigrantes bielorrusos formado por una obrera textil y un tractorista que murió en la Guerra de Invierno de Finlandia cuando ella tenía dos años, se licenció en Ingeniería con sobresaliente. Después de trabajar primero en una fábrica textil y después haciendo neumáticos, no esperaba que su destino cambiara por completo y llegara a convertirse en una auténtica heroína mundial con tan sólo 26 años, al ser no sólo la primera mujer, sino también el primer civil, en viajar al espacio.

Hija de un matrimonio de emigrantes bielorrusos, se licenció en Ingeniería con sobresaliente y después de trabajar en una fábrica textil no esperaba que su destino cambiara por completo al ingresar ser seleccionada de entre 400 candidatas para entrar en la Fuerza Aérea Soviética

Valentina Tereshkova

En la carrera espacial que enfrentaba a Estados Unidos y la Unión Soviética, el programa espacial de la agencia soviética quería investigar las diferencias entre hombres y mujeres en un entorno de gravedad cero para determinar si tenían igual resistencia física y psicológica que los hombres. La elegida para llevar a cabo esta misión fue Tereshkova, que había ingresado en la sección femenina de cosmonautas en 1962 como miembro honorario de la Fuerza Áerea Soviética, tras ser seleccionada junto con otras cuatro mujeres, por el propio líder soviético, Nikita Kruschev, de entre un total de 400 candidatas. Cumplía todos los requisitos solicitados. Ser paracaidista, menor de 30 años, 70 kilos de peso y menos de 1.70 metros de altura.

Valentina Tereshkova se convirtió en toda una heroína. AGENCIAS

No obstante, a raíz del secretismo de este tipo de operaciones, Tereshkova no pudo contarlo en casa y no fue hasta pocos días antes de volar, cuando su madre fue conocedora de que su hija no estaba en un campo de adiestramieto para militares de élite, tal y como ella le había contado como excusa. Al ser presentada en público fue conocida como la "Gagarin con falda", haciendo referencia a Yuri Gagarin, el primer hombre en órbita.

Contra todos los obstáculos

Desde Estados Unidos, enfadados al ver que los rusos les tomaban ventaja, las críticas no arreciaron. Además de poner en duda este paso hacia la igualdad diciendo que se trataba de una mera estrategia publicitaria, también cuestionaron la capacidad de esta mujer para llevar a cabo la misión, alegando que los aspirantes a astronautas debían tener una experiencia de mil horas de vuelo en aviones militares a reacción, a pesar de haber superado un entrenamiento intensivo, que incluía 120 saltos en paracaídas, formación de piloto en aviones de combate, vuelos de ingravidez y pruebas en centrifugador, así como pruebas de aislamiento.

Ajena a las críticas, el 16 de junio de 1963, a las 9:29 UTC, Tereshkova logró no sólo despegar con éxito del cosmódromo de Baikonur, a bordo del Vostok-6, sino que en 70 horas y 50 minutos completó 48 vueltas al planeta. Sin embargo, tal gesta no estuvo exenta de peligro, tal y como ella misma desveló una vez en tierra. "Me di cuenta de que no podría regresar a la Tierra, pues la nave estaba orientada para seguir subiendo, no para descender. Informé de ello a la Tierra, desde donde me dieron nuevas coordenadas que incorporé al sistema de navegación", explicó, demostrando una vez más su capacidad para solventar cualquier obstáculo.

De hecho, Tereskhova tenía vértigo, pero omitió a sus superiores este detalle por temor a ser rechazada. El mal de altura no le impidió sacar fotografías del horizonte que más tarde fueron utilizadas para identificar las capas y partículas de la atmósfera, pero durante los tres días que duró el viaje padeció insufribles mareos y vómitos, según confesó. Síntomas que hicieron que militares de la fuerza aérea rusa la denunciaran por haber estado borracha a lo largo del viaje, además de acusarla de insubordinación al jefe al mando. Todos ellos fueron despedidos al demostrar que no era cierto.

Valentina Tereshkova no ha regresado al espacio, pero se ha presentado voluntaria para volar a Marte. AGENCIAS

Tuvieron que pasar 19 años hasta que otra mujer, Svetlana Savítskaya, viajara al espacio y no fue hasta un año después, en 1983, cuando llegó al espacio una mujer estadounidense, Sally Kristen. Desde que pisara tierra firme, Tereskhova no ha regresado jamás al espacio, ya que decidió cambiar el espacio por la política, área en la que ostentó relevantes cargos gubernamentales en el Partido Comunista de la Unión Soviética. Además de volcarse con los ciudadanos más desatendidos y los niños de los orfanatos, lideró la lucha feminista de las mujeres en Rusia. Retirada hace años de la vida pública, en 2013 retomó su sueño espacial y se ofreció voluntaria para formar parte de la expedición rusa a Marte planificada para 2023. A día de hoy tiene 82 años.

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