El verano es más caluroso y, cada vez, más extenso. En concreto esta estación se ha alargado en el sur de Galicia, en las provincias de Pontevedra y Ourense, 10 días más por década. Es decir, el periodo estival actual abarca prácticamente 6 semanas más que a comienzos de los años 80. Así de tajantes se muestran los datos del avance del Open Data Climático de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica, que acaba de revelar las evidencias más relevantes de los impactos del cambio climático en España en los últimos 40 años.

"Hay más de 32 millones de personas directamente afectadas por sus consecuencias", o lo que es lo mismo, el 68,5% de los españoles. Años más cálidos, veranos más largos y mayor frecuencia de noches tropicales son algunos de los efectos más evidentes del calentamiento global.

En las estaciones de observación que AEMET tiene en Galicia las "anomalías" tampoco se hacen esperar. En Peinador, en Vigo, las temperaturas de los últimos seis años se sitúan dentro del 20% de las más cálidas del periodo de referencia, que va de 1981 a 2010. Lo mismo ocurre en los últimos cinco años en los valores registrados en Ourense, quedando especialmente reflejado como tórrido el 2017. También se detectaron valores mucho más cálidos que la media en la estación de Rozas, Lugo, en los últimos ocho años -2011, 2014 y 2015 tuvieron un incremento aún mayor de las temperaturas-. Y en la estación de AEMET en A Coruña, aunque menor, también se detectaron aumentos significativos en tres de los últimos cinco años.

Y de 58 observatorios analizados, en 37 se registraron al menos cinco años desde 2011 "con temperaturas medias anuales situadas dentro del 20% de las más cálidas del periodo de referencia", de las que la de Barcelona vivió el ejemplo más extremo.

Del mismo modo, la superficie con clima semiárido ha aumentado en 30.000 kilómetros cuadrados en los últimos 50 años. Las zonas más afectadas son Castilla-La Mancha, el valle del Ebro y el sureste peninsular. Según ha explicado la meteoróloga gallega Beatriz Hervella, una de las portavoces de Aemet, se trata de los habitantes del país que viven en zonas donde los veranos son más calurosos y largos. Hay una acumulación de años muy cálidos en la última década y padecen el aumento de frecuencia de noches tropicales.

La temperatura superficial del Mediterráneo está aumentando a razón de 0,34º por década desde principios de los años 80. Este aporte de calor provoca una expansión termal que contribuye al incremento del nivel del mar Mediterráneo. Desde 1993 el nivel del mar ha aumentado en 3,4 milímetros por año.

Pero el aumento de la temperatura en el Mediterráneo tiene, a su vez, un "efecto de arrastre", aseveró Beatriz Hervella -cofundadora de "Whatoweather" y "4gotas"-. "Un Mediterráneo cada vez más cálido repercute en sus regiones costeras aumentando el número de noches tropicales" (aquellas en las que la temperatura mínima supera o iguala los 20º), indicó Hervella. Y estas noches tropicales, ha añadido, "afectan al confort, hacen más difícil conciliar el sueño", lo que "tiene efectos sobre la salud". Un ejemplo claro, detalla esta experta, es Alicante. El fenómeno "isla de calor" puede definirse como la anomalía térmica positiva en el centro de las ciudades en relación con la periferia, debido a que las edificaciones impiden que se libere el calor acumulado por el día.

El calor se relaciona con unos 1.200 fallecimientos al año en España, que podrían llegar a 12.000 a finales de este siglo si no se toman medidas, según Julio Díaz, de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III. Su grupo ha estudiado el efecto en enfermedades y muertes del aumento de la temperatura, y, "aun sin que haya planes específicos", se observa que por cada grado se ha pasado de aumentos del 14% en 1983 a otros de solo el 2% o el 3% en 2013.

Beatriz Hervella - Meteoróloga AEMET

"hay una acumulación de años muy cálidos en la última década"