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Una enfermedad autoinmune que inflama y destruye las articulaciones

Artritis reumatoide, el dolor invisible

-Más de 19.000 personas viven en Galicia con esta patología, la mayoría mujeres -Los nuevos tratamientos evitan que los pacientes acaben necesitando silla de ruedas

Marina Rodríguez (izq.) y Sandra Mugico. // Xoan Álvarez

Prácticamente de la noche a la mañana, Sandra Mugico pasó de llevar una vida normal a no ser capaz de vestirse. Su cuerpo despertaba rígido y la primera sensación que tenía era de dolor. Tenía 26 años.

"La primera señal fue la mandíbula. No podía abrirla, pero pensé que era algo de la boca, así que fui al dentista", recuerda Mugico. Después, la rigidez y el dolor aparecieron primero en una rodilla y después en la otra, y en una muñeca y en la otra. El médico de Atención Primaria le prescribió antiinflamatorios, pero al ver que no surtían efectos, volvió al médico. Tras casi un año de peregrinaje por distintos especialistas, llegó al reumatólogo y poco después, el diagnóstico: artritis reumatoide (AR), una enfermedad autoinmune sistémica crónica que cursa en brotes y que provoca la inflamación de las articulaciones y su progresiva destrucción. Asimismo, pueden afectar a otros órganos como el corazón, pulmón, riñón, piel y ojos.

El peregrinaje de Mugico no es anecdótico. Muchos pacientes con AR pasan por distintos especialistas antes de llegar a Reumatología. "El diagnóstico es sencillo; lo complicado es que lleguen a nosotros, aunque también es cierto que cada vez hay más información por parte de los médicos de familia y son derivados antes", explica la doctora Marina Rodríguez, especialista en Reumatología del Centro Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).

Más de 19.000 personas sufren en Galicia AR, que suele afectar a personas jóvenes. La mayoría, mujeres -la proporción es de 3 por cada hombre-. Esto se debe al componente hormonal de la enfermedad. "Sabemos que las hormonas tienen una interacción con el sistema inmunológico. De hecho, las mujeres con AR cuando se quedan embarazadas entran en remisión, y la enfermedad rebrota cuando han dado a luz", explica la especialista del CHUS. También que hay implicados factores de riesgo externos, como el tabaco y las infecciones, aunque se desconoce por qué en algunos pacientes es más agresiva que en otros.

El diagnóstico precoz es importante, ya que cuanto antes se inicie el tratamiento, menos avanzará la enfermedad. "La aparición de los fármacos biológicos ha marcado un antes y un después en la evolución de estos pacientes, de modo que hoy es impensable encontrarnos con un paciente diagnosticado en los útlimos 15 años que acabe en silla de ruedas", afirma la doctora, quien añade que otro avance importante es que ahora la atención se ocupa también del fuerte impacto emocional que conlleva esta patología debido a las limitaciones funcionales que provoca.

Mugico es una de las pacientes que está siendo tratada con estos nuevos medicamentos y asegura que su vida ha cambiado radicalmente. Ahora, a sus 38 años, puede afirmar que lleva una vida prácticamente normal. "No digo que no tenga épocas en las que esté peor, pero nada que ver con lo que viví antes. Había días en los que no podía ni pulsar las teclas del ordenador", afirma esta paciente, miembro de la delegación de ConArtritis en Santiago, donde el pasado fin de semana se celebró el videoforum "estAR bien con artritis reumatoide", organizado por la compañía farmacéutica Lilly para concienciar sobre la enfermedad y fomentar la cercanía, comunicación y confianza entre afectados y profesionales sanitarios. "Mucha gente no se cree que estés enfermo, porque de aspecto estás bien. Un brazo roto se ve, pero la artritis no, y sin embargo, no eres capaz ni de bajar una escalera sin ayuda", comenta Mugico.

En este sentido, la doctora Rodríguez asegura que la concienciación social no solo es tomar conciencia de una enfermedad, sino también de ponerse en el lugar de quien la sufre y entender que cuando están mal no pueden hacer las mismas cosas que una persona sana. "Es una enfermedad muy invalidante e incapacitante, aunque el lado positivo es que hoy contamos con todo un arsenal de tratamientos para evitar la destrucción de las articulaciones", explica la especialista.

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