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Día Mundial del Sueño

Si el sueño se vuelve una pesadilla

-Más de 4 millones de españoles tienen problemas para 'pegar ojo' de forma crónica - Un 20% de la población infantil sufre algún tipo de trastorno a la hora de dormir

Si el sueño se vuelve una pesadilla

Una monja de clausura que se quemaba las manos habitualmente en la cocina mientras hacía pastas, que luego vendían en un pequeño convento de Ourense, llamó la atención hace más una década en la congregación sobre un trastorno del sueño poco conocido: la narcolepsia. Esta llamativa incapacidad para mantenerse despiertos que supone un peligro para quienes conducen, por ejemplo, es quizás el más curioso -pero no el más prevalente- de los trastornos del sueño que sufren más de 4 millones de españoles, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Entre el 20 y 25% de la población infantil sufre algún tipo de trastorno del sueño y entre un dos y cuatro de cada diez adultos sufren, en algún momento de su vida, dificultad para iniciar o mantener el sueño. Además, al menos un 10% de la población sufre algún trastorno de sueño crónico y grave, reitera la SEN.

En Galicia, con datos epidemiológicos similares, el neurólogo de la consulta del Sueño del hospital Álvaro Cunqueiro, Pablo Vicente Alba -que integran también fisiólogos y psiquiatras- y miembro de la SEN, que explica que las cifras afectados "van cada vez en aumento, sobre todo entre la población joven", al tiempo que también crece la mayor coincienciación sobre el sueño entre la población.

Por tipos de trastornos y aunque existen más de un centenar el experto sitúa el insomnio como el más prevalente (20 o 30% de los afectados), seguido del síndrome de las piernas inquietas (5%). En este caso, el neurólogo Pablo Vicente indica que "está infradiagnosticado" y se caracteriza por una molestia o incomodidad que provoca al afectado el movimiento periódico de las piernas. A este seguiría el síndrome de apneas-hipopneas del sueño (4-5%). Otros trastornos del sueño también bastante frecuentes son la narcolepsia, la hipersomnia idiopática, el trastorno de conducta durante el sueño REM, parasomnias o trastornos del ritmo circadiano. De hecho, al hilo de la consideración de Vicente Alba, la SEN estima que más dos tercios de las personas que padecen problemas de sueño no buscan ayuda profesional y, por lo tanto, carecen de diagnóstico. Además, al menos un 5% de los pacientes se automedica, habitualmente a diario, a pesar de que los fármacos hipnóticos tomados de forma habitual y sin control médico pueden tener muchos efectos secundarios, algunos realmente graves.

"El sueño cumple un papel muy importante en nuestro metabolismo, en nuestro sistema inmunológico, en el estado de ánimo, en la memoria, en el aprendizaje,... Por lo que no dormir adecuadamente puede conllevar a que surjan complicaciones endocrinas, metabólicas, psicológicas, inmunológicas, psicomotoras, además que cada vez más se considera el mal sueño como un desencadenante o riesgo para determinados trastornos neurológicos, como ictus, Parkinson, Alzheimer o diversas enfermedades neuromusculares. En definitiva, no dormir adecuadamente es un problema de salud", señala el coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN, Carles Gaig Ventura. "Pero, sin embargo, se tiende a banalizar muchas de las alteraciones o cambios que se pueden producir a lo largo de nuestra vida en los patrones de sueño, catalogándolos como normales o propios de la edad en la que se padecen, cuando la experiencia nos muestra que la gran mayoría de ellos responden a una causa concreta que puede ser tratada con un diagnóstico correcto".

"Cuando se produzca una disminución paulatina o prolongada del tiempo en el que permanecemos dormidos, si aumenta la cantidad y la duración de los despertares nocturnos, si nuestro sueño deja de ser profundo o experimentamos somnolencia y fatiga diurnas, es el momento de visitar a un profesional, porque lo más probable es que estemos ante un trastorno del sueño que puede tener tratamiento", asegura Carles Gaig.

Usar pantallas antes de dormir es otro de los aspectos a los que apuntan los expertos. El problema reside en la luz azul de onda corta emitida por estos aparatos electrónicos. Para conciliar el sueño, nuestro cuerpo segrega melatonina, que es la hormona que regula el ciclo del sueño.

El cerebro comienza a producir esta hormona aproximadamente dos horas antes de irnos a dormir. "El vamping, es decir, utilizar las nuevas tecnologías antes de dormir, tiene efectos negativos para la salud, ya que la luz de las pantallas afecta a la calidad del sueño y a nuestro rendimiento", explica la neuróloga de la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra, Ángela Milán."Si utilizamos aparatos electrónicos con luz, el cerebro entiende que aún es de día y no segrega esta hormona, ya que la luz detiene la producción, por lo que retrasamos el inicio del sueño y dormimos menos horas, lo que llamamos insomnio tecnológico", explica la doctora en relación a un fenómeno que cada vez afecta a más adolescentes y niños por el uso de tablets.

Pablo Vicente - Neurólogo HAC

"Hay síndromes infradiagnosticados como el de las piernas inquietas"

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