La contaminación seguirá provocando en el mundo "millones de muertes prematuras" hasta 2050, así como el deshielo del Ártico si no se acelera la protección del medioambiente, advierten dos informes presentados ayer por la ONU. Los documentos sobre el estado del planeta se publicaron en la Asamblea de Medio Ambiente de la ONU (UNEA-4), el foro mundial de más alto nivel en temas medioambientales, que se celebra desde este lunes y hasta mañana en Nairobi y al que asisten ministros, autoridades y representantes de más de 193 países.

El esperado Informe Mundial de Medio Ambiente reveló datos tan importantes como que actualmente la contaminación atmosférica es la causa de entre 6 y 7 millones de muertes anuales. Se trata de un fenómeno que se prevé que vaya en aumento y provoque cada año entre 4,5 y 7 millones de fallecimientos hasta 2050, según el estudio, que cumple su sexta edición y está realizado por 250 científicos y expertos de más de 70 países. Además, el incremento en la utilización de productos químicos provocará, entre otros impactos, una mayor resistencia a los antibióticos y antes de 2050 figurará como una de las primeras causas de muerte en el mundo.

El informe también advierte de que los llamados "disruptores endocrinos", presentes en muchos productos químicos en todos los ámbitos de la vida diaria y de la naturaleza, seguirán alterando la fertilidad tanto en hombres como en mujeres y el desarrollo neurológico de los menores. Estas son algunas de las conclusiones más destacadas de este texto, presentado por la directora ejecutiva en funciones de ONU Medioambiente, Joyce Msuya, y el presidente de la Asamblea y ministro estonio de Medioambiente, Siim Kiisler, ente otros. Msuya y Kiisler estuvieron acompañados por los copresidentes del informe: Joyeeta Gupta, profesora de Medioambiente y Desarrollo en la Universidad de Amsterdam; y Paul Ekins, profesor de la universidad británica College of London.

Los expertos defendieron que las políticas conjuntas contra los efectos climáticos tiene más beneficios que las individuales, y abordaron problemas como la producción de alimentos relacionada con el crecimiento demográfico o la producción masiva de plástico. Hicieron hincapié en que tomar medidas para mitigar los efectos del cambio climático costarían a nivel mundial unos 22 billones de dólares (19 billones de euros) , mientras que si se actúa en ese sentido se generarían unos beneficios en salud de unos 54 billones de dólares (47 billones de euros). Según el informe, la disminución del consumo de carne y del desperdicio alimentario en países desarrollados y emergentes reducirá en un 50% la necesidad de producir alimentos para los más de 9.000 millones de habitantes que se calcula habrá en 2050.

En la actualidad, el 33% de los alimentos van a la basura en los países desarrollados, de ahí la necesidad de un cambio de modelo de desarrollo porque, de lo contrario, no se conseguirán los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU en 2030 ni en 2050. Los expertos recomiendan igualmente inversiones en planes de desarrollo de áreas rurales para reducir la migración a las ciudades, donde se prevé que viva más del 70% de la población mundial en 2050.

En la presentación del informe, Kiisler hizo alusión especial a la lucha contra el plástico, que ha sido una de sus prioridades para lograr la reducción de los ocho millones de toneladas de este material que llegan a los océanos cada año. Msuya, por su parte, subrayó la urgencia con la que deben actuar los gobiernos "porque el tiempo corre".