- ¿Qué piensa la masonería sobre el proceso independentista de Cataluña?

-Hemos recordado a todos los masones españoles, incluidos los catalanes, que estamos obligados y juramos respetar la ley del país en el que vivimos y, si esa ley no nos gusta, a cambiarla conforme a la legalidad. Y a respetar y adherirnos a la figura del jefe del Estado. El que los masones no hablemos de política no quiere decir que no estemos preocupados por la actitud de los políticos, a los que pedimos que intenten buscar las vías para que gobiernen para todos. Hay masones en Cataluña que son independentistas. Aceptamos y respetamos esas ideas siempre y cuando se defiendan de una manera legal y pacífica. El masón que no esté de acuerdo con eso lo que tiene que hacer es abandonar la Gran Logia. Existen algunas obediencias en Cataluña que tienen un carácter independentista que aceptarían a masones que no estén de acuerdo con nuestra posición.

- ¿Hay logias catalanas que hayan pretendido apartarse de la Gran Logia por este motivo?

-No. Aquí está quien quiere estar.

- Volvamos a esa masofobia de la que hablaba. ¿Han detectado algún atisbo en España?

-No a nivel general, pero hay un caso en el que un representante de Podemos en Canarias denunció ante el parlamento autónomo que, por el hecho de ser masón, Jerónimo Saavedra no podía seguir siendo el defensor del pueblo canario. Al final no ocurrió nada, pero eso rezuma un determinado talante porque la sociedad ignora lo que somos.

- Quizá ayudaría que se supiera qué masones están en cargos de responsabilidad en la vida pública, pero se sigue ocultando.

-Nosotros juramos dos deberes: jamás revelar lo que hacemos dentro de las reuniones masónicas, aunque si se mira en Internet se puede encontrar todo, y jamás desvelar la identidad de un masón, porque respetamos la decisión individual de cada uno de darlo a conocer o no. Aunque yo creo que sería bueno que se hiciera.

- Guaidó no lo oculta.

-Eso es Venezuela, donde la situación es muy diferente a España. Allí la masonería se vive de una forma más abierta y es cierto que Guaidó nunca lo ha ocultado. Como el vicepresidente de Brasil y brazo derecho de Bolsonaro.