-¿Hay muchos masones en puestos de responsabilidad?

-Los hay de todos los colores, de todos los partidos. Militares, policías, políticos, periodistas, fontaneros, panaderos... pero lo que hay que rechazar de plano es la idea de que el Gran Maestro dirige a cada uno de sus hermanos en sus trabajos. A los más representativos les he propuesto que digan que son masones, porque creo que es bueno, pero no quieren.

- Y en el CGPJ, ¿hay muchos?

-(Se ríe con ganas) No lo voy a decir. Hay masones jueces, claro que sí, y fiscales... somos un reflejo de la sociedad. Me encanta que haya masones jueces, pero también me encanta que los haya en los talleres mecánicos.

- ¿A los masones se les expulsa?

-Si comenten alguna infracción que vaya contra la norma masónica, por supuesto, además de no admitir a quienes hayan sido condenados por la Justicia.

- ¿Como Mario Conde?

-En ese caso se le expulsó y, una vez cumplió condena, solicitó su reincorporación a la Gran Logia, que votó a favor de su ingreso. Estuvo un tiempo y luego volvió a dejarlo de modo voluntario. Era un buen masón, una persona muy equilibrada y correcta hasta que fue condenado.

- ¿Hay masones en la Iglesia?

-Hay dos sacerdotes católicos masones, uno en Murcia y otro en Canarias, no es incompatible con ser masón. Me he reunido con cardenales, con obispos y nadie me ha puesto un crucifijo en la frente. Lo que sí ha habido es una absoluta desinformación y una ignorancia por parte de los católicos. Ya no estamos excomulgados. Que lo sepa todo el mundo, los masones y los profanos. Yo no lucho contra la Iglesia y la Iglesia tampoco es nuestra enemiga.