Tras más de veinte años de investigaciones y experiencia en la práctica clínica, María Ibáñez Goicoechea y Jesús Jiménez Cascallana sostienen que los métodos psicológicos actuales son ineficaces porque se quedan en la superficie y plantean un nuevo abordaje, centrado en la introspección. "Todas las terapias y la filosofía psicológica se basan en trabajar sobre los efectos y no en la causa. Por ejemplo, la ansiedad, la depresión son efectos, pero no la causa. ¿Qué ocurre con esto? Que la ansiedad es recurrente, la depresión es recurrente porque no se ha atajado el problema", explica Ibáñez.

Y lo mismo sucede, según Jiménez, con los problemas de la vida cotidiana: "La mayoría de las corrientes se basan en el esfuerzo y la fuerza de voluntad, de una manera u otra es: tú te lo mereces, empeñarse en tener un plan, motivarte, y, aunque es algo que ilusiona porque parece que uno puede hacerlo pero en realidad si no entiendes qué te impide estar bien por mucho que te esfuerces a la larga no lo vas a conseguir. No es productivo. Se trata que aprender a resolver lo que te hace sufrir".

Los psicólogos, que mañana (19.30 horas) abrirán en la Sede Afundación en Vigo su ciclo de conferencias "Sabiduría para vivir" que impartirán en distintas ciudades de España, aseguran que muchos de los pacientes que tratan en su consulta llegan desmotivados tras fracasar con un sinfín de terapias. "Muchos creen que son ellos, que no lo hacen bien o que no se están esforzando, pero en realidad lo que pasa es que no funcionan. La mente no se cambia esforzándose, sino explorándola", insiste Jiménez.

Lo que proponen es sencillo: ir a la causa, abordando los problemas desde un punto de vista emocional. "Se racionaliza la emoción, pero no se explora. Es importante saber qué nos perjudica (odio, ira, miedo...) y qué nos beneficia para poder actuar, y que cada uno conozca su propia mente", afirma Ibáñez. También defienden que la felicidad no es una meta que haya que empeñarse en alcanzar por encima de cualquier otra cosa. "Buscar la felicidad es imposible y puede llevarnos a cualquier cosa -dice Ibáñez-. La felicidad es la consecuencia de poner en orden la mente".

"El bienestar es un estado al que uno debe encaminarse, pero no se consigue porque uno se esfuerce o crea que se lo merece. Y el objetivo de nuestra charla es que la gente sepa hacia dónde ir, porque lo que va a hacer que uno aprenda es observarse en la vida cotidiana", agrega Jiménez.

También sostienen que el miedo es una emoción aprendida, que no protege, sino que limita y que es necesario aprender a resolverla.