El cardenal australiano George Pell, responsable en excedencia de las finanzas del Vaticano, es el mayor dignatario de la Iglesia católica declarado culpable de pederastia tras un juicio en Australia. Fue hasta el año pasado uno de los más cercanos consejeros del papa Francisco.

Pell nació en Ballarat (estado de Victoria) el 8 de junio de 1941 en el seno del matrimonio formado por un excampeón de boxeo de fe anglicana y una devota católica. Tiene dos hermanos, Margaret y David.

Tras estudiar centros católicos, Pell decidió ingresar en 1969 en el seminario Corpus Christi, en Victoria, y se ordenó sacerdote en la basílica de San Pedro en Roma, antes de doctorarse en Historia de la Iglesia Católica en la Universidad de Oxford en 1971.

En la década de 1970 y 1980 ejerció como sacerdote y educador en parroquias y centros católicos australianos. Fue designado obispo auxiliar de Melbourne en 1987, arzobispo en esta misma ciudad en 1996 y arzobispo de Sídney en 2001. Dos años más tarde, fue nombrado cardenal por el Papa Juan Pablo II, y fue uno de los papables en la votación en la que fue proclamado el actual Papa Francisco en 2013.

Pell fue elegido al año siguiente prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, un nuevo puesto creado por el pontífice para atajar los escándalos en torno a las finanzas del Vaticano. No obstante, al que era considerado "número 3" de la curia romana, tras el Papa y el secretario de Estado, le ha perseguido la sospecha por los casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica en Australia. En 2002, cuando era arzobispo de Sídney, un hombre aseguró haber sido abusado sexualmente por él en 1961, cuando tenía 12 años.

En marzo de 2016, Pell reconoció que en la década de 1980 existía "un mundo de crímenes y encubrimientos" en la Iglesia católica para proteger a la institución, pero negó tajantemente haber abusado sexualmente de ningún menor. La Policía australiana presentó cargos en 2017 por pederastia en el tribunal contra el cardenal, que ese mismo día pidió la excedencia en el Vaticano para demostrar su "inocencia".

De momento, ha sido declarado culpable en un primer juicio, mientras que un segundo, por supuestos abusos cometidos en las década de 1970 en Ballarat, fue sobreseído por falta de pruebas.