"Hay que construir una nueva cultura amorosa, el erotismo no está fuera, cada persona tiene su propio erotismo", aseguró ayer en Club FARO la pedagoga y escritora valenciana Charo Altable Vicario, que acaba de publicar su nuevo trabajo, "Otras maneras de amar. Otro amor es posible". Esa transformación de la cultura amorosa actual implica cambios drásticos, incide, en la educación y también en la socialización de ideales románticos, el sometimiento y el consentimiento de las mujeres "por amor".

"Las chicas están dispuestas a perdonar todo, o casi todo, por amor y eso lo saben los chicos por lo que, claro, eso no es igualdad", recalcó Altable, referente en el mundo de la coeducación afectivo-sexual cuyo trabajo comenzó hace más de treinta años, a mediados de los 80, para comprender por qué sus alumnas feministas y que ansiaban la independencia, la libertad y la igualdad de repente lo aparcaban todo cuando se enamoraban. De sus primeras investigaciones surgió el celebrado ensayo "Penélope o las trampas del amor", una obra en la que desvela la influencia de la sociedad patriarcal en las relaciones amorosas.

Ya entonces, Altable apuntaba que es posible crear otro paradigma amoroso diferente, en igualdad. "Las niñas a los dos y tres años ya siguen los roles de género establecidos y a los cinco años ya están socializadas en la idea del amor romántico", lamenta la pedagoga, que imparte cursos y talleres para adolescentes, universitarios y también adultos. "Nos han dicho cómo tenemos que ser hombres y cómo tenemos que ser mujeres y lo que hay que hacer es ordenar ese caos del patriarcado", apuntó durante su conferencia en Club FARO en el Auditorio del Areal. "Siempre ha habido literatas, científicas o músicas en todas las épocas aunque entonces estuviese prohibido pero se han ocultado", aseveró.

"Las primeras relaciones sexuales se inician basadas en la pornografía y las chicas consienten por la ley del agrado y la concepción del amor romántico que tienen", critica. Por ello, insiste en la importancia de construir una nueva cultura amorosa para lo cual es necesario volver a educar a una sociedad aún inmersa en anuncios sexistas, en películas que muestran estereotipos ("Crepúsculo" o "Cincuenta sombras de Grey") o canciones con letras machistas. "Ya hay películas maravillosas que muestran otras realidades como 'Roma', 'Las mujeres de verdad tienen curvas' o 'Elisa y Marcela'", aseveró la experta, que imparte másteres de igualdad en varias universidades y también es formadora de profesionales. Del mismo modo, consideró que la china "Amor bajo el espino blanco" es una película paradigmática de una relación en igualdad.

"Todo lo que aparece en los mitos, cuentos, películas son parte nuestra, tenemos que hacer el trabajo de verlos en clave no patriarcal para llegar a un amor en igualdad", aconsejó.

Altable propone, por ejemplo, hacer una nueva relectura del conocido mito de Psique y Eros, una historia de factura patriarcal de la que han bebido numerosos cuentos infantiles como "La bella y la bestia". Así, la experta propone entender a Psique como el alma y a Eros como el amor y no como una historia de desamor en la que la protagonista se enfrenta a todo tipo de retos imposibles para tratar de recuperar a su amado perdido.

Asimismo, el intercambio de pareceres entre iguales, añadió, es fundamental para conocernos también a nosotros mismos. "El grupo es una toma de conciencia muy grande, a cualquier edad", aconsejó la terapeuta, que intervino además en el libro "Diálogos de mujeres sabias", de Fina Sanz, en el que trece mujeres en la segunda mitad de sus vida se reúnen para hablar de los cambios físicos y emocionales que están experimentando. "Hablando descubres que cosas que creías que te pasan solo a ti le ocurren también a los demás", aseveró la experta, cuya conferencia estuvo precedida de una breve actuación de violín de su sobrina, Blanca Altable. "La música es algo que siempre ha estado presente en mi familia", confesó. La música, el cuerpo e incluso la respiración son fundamentales, apuntó la pedagoga, que además es diafreoterapeuta. "Saber respirar es saber entrar dentro de nosotros, interiorizar la respiración es muy interesante y permite ir cambiando muchas cosas, entre ellas canalizar la rabia que es tan fuerte como la sexualidad. Corporalmente es una fuerza que recorre toda nuestra columna y es fundamental aprender a transformarla en energía", consideró Altable.