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Diego Carcedo: "Los periódicos son más rigurosos con la información que ofrecen que otros medios"

"En España, el temor a las 'fake news' es menor que en otros países; el público no es exigente y no aprecia la veracidad y la calidad"

Diego Carcedo en el Club Faro. // José Lores

"Son situaciones en las que yo pasé mucho miedo, en sus diferentes variantes. Porque hay diferentes tipos de miedo: yo he tenido miedo físico a las balas, a las bombas, a encontrarte en medio de un conflicto. Pero también al ridículo, porque soy muy tímido". Así describe Diego Carcedo el hilo conductor de "Sobrevivir al miedo", un volumen en el que reúne veinte episodios de su dilatada trayectoria periodística. "No se trata de una autobiografía ni de unas memorias, precisa el autor, que habló hace unos días en el Club FARO DE VIGO.

-En su libro recoge vivencias en países en conflicto como Vietnam o Nicaragua, pero también relata como vivió, en la distancia, el 23F.

-Yo estaba en Portugal, pero sentí mucho miedo al ver lo que estaba pasando en España. Tuve la gran suerte y la posibilidad de poder seguirlo en directo, porque tenía línea directa con TVE. Ahí sentí miedo: no fue un miedo a las bombas o a las balas, fue un miedo a otra cosa. Recuerdo que oí los disparos de Tejero y era consciente de lo que podía ocurrir.

-Pero ese miedo siempre envuelve historias y reportajes de interés. ¿Cuál fue para usted la más relevante?

-Ahora mismo, pienso que los reportajes de Vietnam, a mi me fue muy bien allí y me dio mucho nombre en España. Y luego está la entrevista con Idi Amin, que en España se censuró porque hablaba de Franco. Pero en el extranjero se emitió íntegra, y la compraron en todo el mundo. Con lo que ganó TVE con esa entrevista, debió de pagar mi sueldo de diez años. Fue mi mayor éxito periodístico a nivel internacional.

-Retrata un tipo de periodismo que casi se podría decir que está en peligro de desaparición.

-Yo no diría tanto, lo que pasa es que ahora son otras circunstancias las que se viven en el mundo. Ahora hay más países democráticos, no hay tanto problema para pasar fronteras: antes, los españoles teníamos prohibido entrar en la mitad del mundo. Y luego están las nuevas tecnologías, que influyen muchísimo. Para entrevistar hoy a un tipo como Idi Amin ya no tendrías que ir a Uganda: lo haces por videoconferencia y lo recibes en tu casa. Estamos en un período de transición y los periodistas tenemos el reto de adaptarnos a las nuevas tecnologías. Hay más medios, por lo que han mejorado las condiciones para los periodistas, pero también más exigencia.

-Pero esas mismas tecnologías han llevado al oficio a una gran crisis, ¿hay motivos para la esperanza?

-Sí. El periodismo, en toda su historia, pasó por muchos momentos muy difíciles. Ahora pasamos una crisis muy importante, pero yo creo lo más fuerte de esta crisis es quizás una consecuencia de la crisis económica. Muchas empresas quisieron resolverla recortando puestos de trabajo, pero eso siempre va en perjuicio de la calidad. No es lo mismo tener 80 redactores que 27 en una redacción, y no es lo mismo tener a un periodista haciendo cinco informaciones que una sola. Luego también pasó que muchas empresas optaron por prescindir de periodistas veteranos y los sustituyeron por otros recién salidos de la universidad. Y yo defiendo mucho la incorporación de los jóvenes, es algo fundamental, pero la gente joven tiene también que aprender, y eso lo tienen que transmitir los veteranos. Renunciar a ellos es un error enorme que afecta a los contenidos de los medios.

-¿Cree que en España se valora en su justa medida la información de calidad?

-La sociedad española es muy poco exigente respecto a la calidad de la información que se le ofrece. Se valora muy poco la información bien hecha, veraz, rigurosa. El temor a las "fake news" es menor que en otros países.

-¿Quizás hay también más tolerancia a la mentira?

-Pues sí, aquí da igual. Aquí en España el público no es exigente, para nada. Y hay mucha confusión. Los periódicos son, en este sentido, más rigurosos, por eso la prensa impresa es fundamental. Y lo digo yo, que trabajé más de treinta años en TVE. Pero el que quiera estar bien informado tiene que leer prensa impresa.

-¿Hay más difusión ahora de las "fake news"?

-Noticias falsas siempre ha habido. Recuerdo un caso de un rumor muy extendido, que incluso se dio como información en varios canales, y que ha resurgido hace unas semanas. Fue cuando estaba como director de los servicios informativos de TVE: corrió un rumor intensísimo de que Miguel Bosé estaba enfermo, incluso que estaba ingresado. Se llegó a decir que tenía sida. Recuerdo que me llamó alguien de un programa de la cadena para sacar la información, y yo les dije que, sin tener confirmación, no sacábamos nada. Cuando llevábamos tres días con este rumor, que ya había salido en varios sitios, me llamó el propio Miguel Bosé, al que yo no conocía de nada. Me preguntó si podíamos, desde TVE, desmentir el rumor. Le dije que no podíamos desmentir un rumor del que no nos habíamos hecho eco, pero que podíamos hacer otra cosa.

-¿Qué hicieron?

-Una entrevista en directo, en "prime time". Llamé a Mercedes Milá, que era una buena entrevistadora, y lo hizo muy bien. Conversaron como un cuarto de hora o veinte minutos y hablaron de todo, pero no se mencionó para nada ese rumor sobre su enfermedad. Y el rumor desapareció instantáneamente, no se volvió a hablar de él.

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