El grupo de investigadores Sputnik Labrego comenzó hace dos años un trabajo de investigación en busca de restos en los "chozos" de Casaio, en la comarca ourensana de Carballeda de Valdeorras, que los guerrilleros de la lucha antifranquista construyeron para esconderse. Por azar, estos investigadores acabaron descubriendo hace unos días, en una de esas cuevas junto a los "chozos" de la guerrilla, el mayor legado de pintura esquemática prehistórica del noroeste peninsular. Carlos Tejerizo, coordinador del proyecto Sputnik Labrego, reconoce que "emociona saber que la misma cueva que protegió del frío a unos pastores que, hace aproximadamente unos 5.000 años realizaron esas pinturas, protegía en el siglo XX al más importante asentamiento de guerrillas de Europa de los años 40 y 50". Ahora, afirma, "nuestro trabajo de investigación continúa en dos vías, pero urge catalogar y proteger ese importante hallazgo y también darlo a conocer para que todos puedan disfrutarlo", advierte.

-¿Qué se entiende por pinturas esquemáticas prehistóricas y cuál es la razón del gran valor de este hallazgo?

-En estos quince murales hallados hasta ahora -a diferencia de los de las cuevas de Altamira, por ejemplo, donde los bueyes son figurativos-, aparecen esquemas, figuras soleiformes (en forma de sol) como las pintaría un niño, un pulgar y otras formas antropomórficas, como un ídolo oculado (con dos ojos). Pero lo importante y que hace además este hallazgo único es su localización, pues se pensaba que esta era una zona más de petroglifos, es la cantidad y el estado de conservación.No hay nada igual en todo el noroeste peninsular y abre la posibilidad de que ahora puedan aparecer más manifestaciones en el entorno de montaña.

-¿Por qué se han mantenido durante 5 milenios casi intactas?

-Precisamente por estar en esa zona de abrigo y porque sabían utilizar grasas animales e incorporarles pigmentos para darles color que garantizaban la perdurabilidad. Además, estuvieron protegidos por estar en zonas de difícil acceso.

- ¿Cómo podrían ser esos grupos de hombres y mujeres que pernoctaron en estas cuevas de Casaio hace aproximadamente cinco mil años?

-Esa es la gran aventura en la que nos toca trabajar ahora durante meses o años. Hay ya estudios realizados de este tipo de pinturas. Se cree que podría tratarse de grupos de pastores nómadas, que va recorriendo un territorio, en este caso en un valle, bordeando un río con su ganado, pues es una zona de cruces, y pasar unos días mientras el ganado pastorea. Lo mismo que hacían los pastores en esa zona hace solo una o dos generaciones, como Francisco, uno de los vecinos de Casaio que nos iba indicando cómo eran esas zonas donde habían estado refugiados los guerrilleros y nos llevó a lugares como este de las pinturas. Estos pastores como Francisco, que aún viven, utilizaban también algunos de estos refugios de montaña mientras pastoreaban su ganado en la zona hace pocos años.

- Los autores de esas pinturas, ahora un valioso legado prehistórico, ¿serían, entonces, pastores nómadas o residentes en la zona?

-Lo más probable es que fueran nómadas, que el refugio fuera temporal, pues en esa época ya existen datos sobre asentamientos estables con poblados y casas en madera. Pero ese será uno de los muchos aspectos de un trabajo técnico que está por hacer.

-¿Qué ha sido lo más emocionante para su equipo?

-La imagen que más nos emociona es pensar que ese mismo abrigo o cueva dio protección hace miles de años a los autores de las pinturas y luego, en el siglo XX, protegió a hombres y mujeres de la guerrilla. Esa imagen nos conmueve. Por eso pensamos que todas las administraciones gallegas e incluso de mayor ámbito, deberían involucrarse. Nuestro esfuerzo se dará por descontado, pero aquí se trata de un estudio del hombre en el territorio, sin otras ideologías.