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Piñeiro: "La salud emocional es equilibrio entre pensamiento, emoción y acción"

"Hay límites innegociables con los hijos, relacionados con la salud, la seguridad y el respeto a los demás", indicó la educadora

La experta en Neuroeducación viguesa, Belén Piñeiro, con el escritor y profesor Xavier Estévez. //J. Lores

"La salud emocional se consigue cuando encontramos el equilibrio entre pensamiento, emoción y acción", aseguró la educadora infantil Belén Piñeiro (Vigo, 1983) en Club FARO durante una conferencia sobre inteligencia emocional, ese concepto tan en boga entre educadores, padres y formadores del siglo XXI. Introdujo la charla el escritor y profesor Xavier Estévez, que situó la problemática: el creciente índice de suicidio juvenil y los escollos de los menores a nivel emocional -baja capacidad de frustración, autoestima excesivamente alta o baja y escasa capacidad de esfuerzo- que hacen necesario un nuevo modelo educativo. "Le estamos negando a nuestros hijos la capacidad de prepararlos para el siglo que viene", atajó el docente sobre una "escuela decimonónica" que aún sigue en vigor.

La maestra de Educación Infantil, máster en Neuropsicología y Educación y alma mater de la web maestraconcorazon.com, Belén Piñeiro, hizo un breve recorrido por su experiencia en Londres e incluso recurrió a vídeos de experimentos que clarifican las emociones desde bebés. "Para educar a niños emocionalmente inteligentes de 0 a 3 años hay que crear un vínculo de apego seguro; que no significa no separarnos, si no que estemos ahí cuando lo necesita", clarificó.

"¿Cuántas emociones creéis que existen? ¿Diez? ¿Sesenta? Hay más de 300!", indicó Piñeiro, "si no sabemos ni nombrarlas, ¿cómo vamos a reconocerlas?". En ese sentido, aconsejó que, para trabajar con las emociones en niños (aunque recomendó varios títulos), se puede recurrir incluso al modo "mute" en la televisión para reconocer estados de ánimo y emociones en los rostros.

Entre los métodos que expuso está un "semáforo" para identificar emociones desagradables, con uno mismo y los demás. Salta la luz roja. Y el consejo de la experta: "construir un rincón de la paz". Ese espacio se usa como atenuante. "Cuando están a punto de perder el control, les sugerimos con mucho amor si quieren ir al rincón de la paz o de la calma". "Está bien que tengas ira, pero no es buena para ti", ejemplificó la experta. A posteriori, a preguntas del público, la experta aseguró que entre los 2 y 3 años ya se puede recurrir a esa 'técnica'.

Eso sí, es importante que los padres o formadores también sepan gestionar sus emociones. La alfabetización emocional es la base de la que parte esta joven de Vigo, desde hace unos años afincada en Barcelona. "Es muy difícil trabajar las emociones con los niños si no sabemos lo que nos pasa a nosotros". El autoconocimiento -Piñeiro aconsejó incluso crear un diario emocional- es la base en adultos.

Por eso no aconseja enviar, notoriamente enfadados "al rincón de pensar". "El niño o niña lo va a interpretar como un castigo y, por tanto, va a reprimir esa emoción la próxima vez, ya sea enfado o rabia, porque entendió que era algo malo", asegura la experta.

La profesora especializada en el aprendizaje de las emociones añadió ante un auditorio muy partícipe fórmulas para potenciar la autoestima de los pequeños. ¿Cómo potenciar la autoestima de los pequeños y pequeñas?".

Piñeiro situó como clave darles responsabilidades y objetivos. Que se vean capaces y que lo sean. Que intenten ser lo más autónomos posible. "Cuando ya saben calzarse, colgar el abrigo o ir solos al baño no tiene sentido que vengan los padres y se lo hagan ellos. Hay que dejarles que lo hagan solos", indicó la maestra, que añadió, por otra parte, que es importante ponerles límites, "porque la vida está llena de límites y normas". En ese sentido, para Piñeiro hay límites "innegociables": "los que tienen que ver con la salud, con la seguridad y el respeto por los demás". Ahí, los padres y educadores no pueden dudar, recalcó.

Educar desde la empatía, permitirles decidir y confiar en ellos fueron parte de los consejos. "Construye a su alrededor una vida feliz, que les hará ver que eso es 'lo normal'", indicó. "Si nos mostramos todo el tiempo malhumorados o amargados van a interpretar que la vida adulta es así", defendió.

Volviendo al terreno de las emociones del adulto, para la educadora, que sean desagradables indica "una necesidad no cubierta". "Como no se puede cambiar la emoción, cambia el pensamiento que te conduce a ella, o cambia lo que haces", aconsejó. También llamó a los asistentes a identificar actividades con las que desconectar y situarse en el presente. No solo el mindfulness, sino con la cocina, el deporte o la música. "Recurre a ellas y no magnifiques. Pregúntate: ¿esto dentro de cinco años me va a importar?", aconsejó.

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