El 10% de las mujeres al inicio del embarazo y el 7% de las madres lactantes están expuestas de forma activa o pasiva al cannabis, y entre el 4-5% lo consumen de forma activa al inicio del embarazo, según los resultados de un estudio del Comité de Salud Medioambiental en 2.400 parejas embarazadas en las Unidades de Salud Medioambiental Pediátrica de Murcia (1800 parejas) y Cataluña (616 parejas). Según los doctores Juan Antonio Ortega y Ferrán Campillo López, miembros del comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (AEP), son "extrapolables a todo España y constituyen una crisis silenciosa para el cerebro en desarrollo". El cannabis es, después del alcohol y el tabaco, la sustancia tóxica más consumida por las parejas embarazadas y las madres lactantes en España. Las evidencias científicas han demostrado que la exposición al cannabis durante el embarazo y la lactancia afecta negativamente a la salud infantojuvenil, ya que "existe una especial vulnerabilidad del sistema nervioso durante la etapa prenatal y postnatal a la acción del cannabis", apunta Ortega. Esto se debe a que esta sustancia atraviesa fácilmente la placenta y la leche materna, alcanzando los receptores cannabinoides del cerebro fetal e infantil, e induciendo cambios en la expresión génica y en los niveles de los neurotransmisores.